La mejor forma de cumplir promesas, es hacer sólo promesa realistas, las que podremos cumplir. Demasiados vendedores prometen la luna y las estrellas con tal de cerrar la venta con el cliente. Luego se ven enfrentados con la realidad del negocio y no saben como salir del apuro.
Para poder mantener las promesas hay que tener en cuenta lo siguiente:
– No fijar un plazo que se sabe no se va a poder cumplir. Por ejemplo, si el cliente, luego de realizar la compra de un producto pide que se le mantenga informado de algún otro servicio, debemos hacerlo en la fecha indicada, incluso cuando ese servicio o producto ya no este disponible.
– Estar seguro de la disponibilidad de las demás áreas del negocio implicadas en la venta. Por ejemplo, que la garantía de un producto o servicio se mantenga según lo prometido por el vendedor.
La confianza es un valor vital de todo negocio y se ve comprometido cuando se realiza alguna promesa. De allí que las promesas debe ser absolutamente realizables, pues no hay nada peor que la perdida de credibilidad. Un cliente insatisfecho y decepcionado puede iniciar una cadena de perdida con clientes potenciales.
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