Me encontraba charlando con un amigo al que no veía hace mucho tiempo y me comentaba que le hacía falta algo pero no sabía que, me comentaba que luego de acabar el colegio tenía pensado estudiar una carrera universitaria, luego pensaba encontrar un buen trabajo y formar una familia.
Actualmente ah cumplido con todo lo que tenía en mente pero cree que puede hacer algo más por su vida y por su comunidad, región o país.
Cuando se encontraba en la universidad soñaba con formar una banda de música y formar su propia empresa dedicada a la organización de eventos musicales pero los consejos sobre tener un trabajo seguro influyeron más que tratar de materializar sus sueños.
El gran problema fue que nunca supo claramente que hacer, no tenía un objetivo en su vida a pesar que tenia inclinaciones solo siguió el ciclo rutinario que dirige la sociedad si bien nunca es tarde para cambiar a veces la oportunidades desaparecen y conseguir lo que anhelamos se torna más difícil.
Si bien todos hemos pensado darle un giro a nuestras vidas a través de un objetivo fuera de lo común pero solo algunos tienen el valor suficiente para convertirlo en realidad.
Tener un objetivo en la vida le da un sentido a nuestra vida incluso si no llegamos a realizarlo, siempre y cuando nunca lo olvidemos, no importa si es tan simple como viajar a algún país vecino o tan complicado como llegar ser presidente del país.
La vida es mucho más que seguir el ciclo: crecer, estudiar, trabajar, formar una familia y finalmente morir.
No quiero menospreciar a las personas que hacen esto pero si se dan cuenta las personas que han cambiado este mundo no han realizado este ciclo.
A veces andamos tan ocupados de un lado hacia otro buscando aprobar algún curso, encontrar algún empleo, realizar la tarea del hogar que simplemente no queda tiempo para nuestros sueños.
Ordena y planifica tu objetivo, lucha por materializarlo y si tienes un tropiezo analiza tus errores y vuelve con mucha más fuerza que antes.
Encuentra y materializa la razón por la que viniste a este mundo.
Por conveniencia o por muchos otros motivos no damos paso a nuestras inclinaciones naturales y en ellas está implícito un objetivo que se descubre luego. Este objetivo da sentido a nuestra vida porque se proyecta directa o indirectamente ya sea a la vida o a las personas.
La característica de este objetivo es que no es imprescindible el lograrlo para que la satisfacción llegue, ésta llega del momento que se trabaja para él, de allí que genere tanta energía en nosotros que nos permite salvar cualquier obstáculo.