Conseguir una ventaja competitiva puede tomar algún tiempo. Pero estos deben buscarse en el diseño de la idea de negocio pues una ventaja competitiva preserva los beneficios frente a los competidores, presentes o potenciales. Las ventajas competitivas son el resultado del entendimiento de las fuerzas tanto externas como internas que afectan a la unidad de negocio.
Para conseguir una ventaja en costos es necesario analizar de manera detallada el comportamiento de los costos en cada actividad de la cadena de valor, estudiando el modo de conseguir que los costos globales sean inferiores a los de la competencia.
En algunas ocasiones será conveniente incrementar algunos costos, con el fin de lograr una reducción de la totalidad: una mano de obra mejor formada, por ejemplo, puede alcanzar una mayor productividad, o unos productos mejor acabados que pueden proporcionar unos Costos de mantenimiento inferiores.
Lo importante es el resultado de los costos globales, no el de una actividad en concreto, aunque el análisis tiene que hacerse separadamente para cada actividad del sistema de valor.
Estas capacidades competitivas constituyen los factores clave del éxito o capacidades esenciales sin los cuales no se pueden adquirir las ventajas competitivas. Un elemento clave del análisis interno es precisamente la determinación de estos factores clave.
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