Cada día se hace más cierto que la imagen vale más que mil palabras por lo que debe preguntarse ¿Que imagen quiere para su empresa?.
Hace dos décadas la idea era mostrar el nombre de la empresa o identidad en una tipografía distinta, agregarle algún símbolo y ahí todo terminaba pero actualmente ya no son suficientes ya que es necesario estudiar los aspectos culturales de la empresa y modificar algunas conductas y valores comunes practicados por sus trabajadores con el fin de adecuar a los objetivos de identidad planteados.
Todas las empresas tienen una imagen ante sus públicos, quiéranlo o no, depende de los directivos y una buena gestión de relaciones publicas sobre el control de la proyección de la identidad cultural y visual que ha pasado a formar parte del desarrollo y visual que ha pasado a formar parte del desarrollo de productos y/o servicios como parte integral de la estrategia empresarial.
Se tiene que saber que hoy el consumidor no es el mismo de cinco años atrás. El consumidor es mas exigente, puede comprar, existen nuevas opciones y vendrán mas; no le basta conocer un buen producto sino quiere saber quien y como lo produce.
Esta es la imagen corporativa que respalda su producto por ello el aumento de la utilización en la publicidad institucional identificando a sus productos o servicios en la saturación de información que existe en torno a las distintas marcas del mercado.
Aquellas empresas pequeñas y medianas que se preocupen por proyectar una imagen positiva entre su público tendrán más oportunidad de sobresalir en el mercado. Si la imagen de una compañía es negativa nunca lograra desarrollar todo su potencial.
Si los directivos de las empresas piensan que la publicidad de los productos es suficiente para enfrentar las nuevas realidades económicas, están equivocados. No importa que tan buena sea la publicidad de los productos, la imagen de la compañía influirá necesariamente en la decisión de compra del consumidor.
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