Controlar lo que se puede y debe controlar y no intentar controlar lo que no se puede ni debe controlar, es lo que proporciona satisfacción y entre los factores positivos que debemos controlar y desarrollar destacan especialmente el optimismo, la empatía, la autoestima, el carisma y la capacidad de aprender a perdonar.
Para lograr este propósito es indispensable disponer de paciencia y perseverancia. La paciencia le hará tomar las cosas con más calma y dominar una cosa antes de pensar en la siguiente. La perseverancia le incita a seguir intentando aquello que no sale exactamente como esperaba.
La capacidad de aliviarse y apoyarse positivamente en sus emociones otorga el deseo y la energía de amar y servir a los demás, no tanto como una obligación sino como una cuestión de bienestar personal.
Optimismo: El egoísmo y optimismo son estilos interpretativos aprendidos o maneras habituales de explicarse los problemas de uno mismo. El pesimista cree que sus fracasos seguirán perpetuándose y que solo él tiene la culpa de su mala fortuna.El optimista interpreta el mismo fracaso como temporal, controlable y achacable a las circunstancias. Hacen frente al fracaso con entusiasmo, lo ideal es encontrar una forma de optimismo realista e inteligente.
Empatía: Es la capacidad de captar o comprender las emociones de los demás y de expresar emociones propias, la gente que tiene el deseo y la capacidad de expresar sus emociones de forma genuina inspira confianza por eso que las personas que tienen la capacidad de captar como se sienten los demás son mas aceptadas.
Autoestima: Es la piedra angular del desarrollo de nuestras emociones, si uno se considera que no vale nada y que es incompetente se comportara de ese modo. Si por el contrario se considera como una persona con determinados valores y que merece respeto, entonces podrá conseguir creativamente muchas cosas en la vida.
Carisma: Es un rasgo genérico del carácter que nos da la capacidad especial de convencer y atraer a las personas. Es transmitir automáticamente una sensación positiva de valor, competencia y confianza a los demás.
Aprender a perdonar: Es una actitud implícita con una gran dosis de amor que existe en cada uno. Perdonar requiere asumir las propias responsabilidades y rechazar la excusa fácil de culpar a otro, es ver a los demás como seres respetables.
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