La evaluación de desempeño es una actividad que tiene por objeto calificar al empleado en función de la eficiencia y la eficacia con que realiza sus funciones y justipreciar asimismo su potencial de desarrollo, comunicándole los resultados a efectos que pueda orientar su accionar en lo sucesivo.
No debiera ser concebida como un procedimiento que se aplica esporádicamente, en ocasión de ciertas fechas, sino que es aconsejable que se la maneje como un proceso permanente cuyos resultados alimenten las restantes gestiones de la administración de personal (capacitación, desarrollo, promociones, transferencias, remuneraciones, premios, despidos, etc)
Para la gerencia no resulta sencillo juzgar con precisión y equidad el desempeño de un subordinado y es aun más difícil comunicarle ese juicio en una forma constructiva, que no lo desaliente o lo derive en un conflicto.
El proceso de evaluación del desempeño se efectúa de dos maneras: formal e informal. La evaluación informal se suele realizar en forma cotidiana y la evaluación normal es llevada a cabo periódicamente aplicando una metodología preestablecida.
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