Julian Rotter nació en Brooklyn, Nueva York, en 1915. Todavía no ha escrito sobre su infancia ni ha indicado como podría haber influido está en su teoría aparte de decir que a lo largo de sus años escolares fue un lector ávido.
En una ocasión, durante su primer año en la preparatoria, incapaz de encontrar ninguna novela nueva para leer en una de sus frecuentes visitas a la biblioteca de la avenida, en Brooklyn, dio un vistazo a la sección de filosofía y psicología y se encontró con algunos libros de Alfred Adler y Sigmund Freud. Para su último año de preparatoria estaba interesado de manera considerable en la psicología e interpretada los sueños de su amigos. También escribió un artículo sobre “por qué cometemos errores” (“Why we make mistakes”, 1982).
A Rotter le hubiera gustado especializarse en psicología, pero debido a que hubiera alguna oportunidad profesional en la psicología y a las presiones financieras de la Gran Depresión, seleccionó química. Sin embargo tomó asignaturas optativas en psicología y cuando se graduó tenía más créditos en esta disciplina que en Química. También conoció a Alfred Adler y estudio con él, de cuya teoría llegó a aprender la unidad de la personalidad y la direccionalidad hacia el objetivo de la conducta.
Rotter se graduó en la Universidad de Brooklyn en 1937. La repentina muerte de Adler en el verano de ese mismo año y el apoyo de sus profesores lo condujeron a asistir a la Universidad de Iowa a estudiar con Kurt Lewin. Llegó a Iowa con dinero suficiente para sobrevivir sólo unas cuantas semanas, pero pudo encontrar un empleo de tiempo parcial como asistente de investigación. De la teoría de campo de Kurt Lewin, llegó a apreciar la inter relacionalidad de la conducta y el hecho de que muchos factores son responsables de cualquier conducta aislada.
Sus escritos muestran la influencia de Adler y Lewin al igual de teorías Del aprendizaje como E. L. Thorndike y Clark Hull. Rotter recibió su Grado de maestría en 1938 y el doctorado en Psicología por la Universidad de Indiana en 1941.
Durante la segunda Guerra Mundial, Rotter participó como psicólogo y asesor de personal en el ejército de los Estados Unidos. Después de la guerra, ocupo un puesto en la Universidad Estatal de Ohio, donde George Kelly era el director del programa de Psicología clínica. En esta universidad fue donde desarrolló su teoría del aprendizaje social de la personalidad y la describió por primera vez en un libro titulado social Learning and Clinical Psychology ( 1945). También llevó a cabo un gran cantidad de investigación basadas en su teoría.
Rotter se trasladó a la Universidad de Connecticut en 1963, donde fue profesoren el departamento de psicología y director del programa de entrenamiento en Psicología Clínica del Consejo de Entrenamiento en Psicología Clínica del Consejo Estadounidense de Examinadores en Psicología Profesional. En 1976-1977 fue presidente de la Asociación Psicológica del Este. En la actualidad es profesor emérito de la Universidad de Connecticut, continúa impartiendo cursos de psicodinámica y de construcción y validación de medidas de la personalidad.
La perspectiva de Rotter ha llegado a influir de manera significativa el pensamiento acerca de la personalidad en la psicología contemporánea.
El Control Interno del Reforzamiento en Contraposición con el Control Externo del Reforzamiento
En sus primeros años, Rotter llevó a cabo una serie de estudios experimentales diseñados para revelar si las personas aprenden tareas y las ejecutan en forma diferente o no cuando consideran los reforzarnientos relacionados o no con sus propias conductas. Los resultados de estos experimentos lo llevaron a desarrollar la Escala I.E., una herramienta de evaluación significativa que mide la percepción de un individuo acerca del sitio del control. Una persona puede llegar a creer con base en la experiencia pasadas que los reforzarnientos que ha recibido dependen de ciertas conductas o, a la inversa, puede pensar que estos son controlados por fuerzas externas.
Los individuos con control externo creen que el sitio de control está fuera de sus manos y que están sujetas a los caprichos del destino, la suerte y otras personas. El control interno del reforzamiento en contraposición con el control externo del reforzamiento se refiere a un continuo de creencia del cual se han citado los dos extremos.
Competencia, dominio, desamparo, impotencia o enajenación son sólo unos cuantos de los términos usados para describir si las personas creen o no que pueden controlar sus propias vidas. Rotter cree que su constructo tiene una ventaja sobre otros debido a que es una parte integral de una teoría formal a partir de la cual pueden hacerse predicciones.
Aunque han sido desarrollados varios mecanismos para evaluar el sitio de control corno una característica estable de la personalidad, la escala de Rotter sigue siendo una de las usadas con mayor amplitud.
La escala I. E., consiste de 25 reactivos de opción forzada y seis para completar. El sujeto indica cual de cada par de reactivos se aplica mejor. La puntuación final puede variar de cero a 23, donde las más altas indican una mayor externalidad. Rotter no especifica ninguna puntuación límite que separe a los internos de los externos, pero han sido publicadas normas para varios grupos con el propósito de facilitar las comparaciones. Varios estudios han mostrado que los internos son más perceptivos y listos a aprender acerca de sus alrededores. Hacen más preguntas y procesan la información con más eficiencia que los externos. Tienen mayores tendencias de dominio, mejores capacidades de solución de problemas y mayor probabilidad de logro. Por ejemplo, los prisioneros con sitio de control interno conocen más respecto a las instituciones y a las condiciones que afectan su libertad condicional y tienen mayor probabilidad de ser libertados bajo palabra. Los internos son más versados en acontecimientos políticos críticos que pueden influir en sus vidas.
El sitio de control interno parece proteger a la personas contra la sumisión incondicional a la autoridad. Los internos son más resistentes a las influencias de otras personas. Hacen juicios más independientes y tratan con mayor importancia de controlar la conducta de los demás. Tienden a asumir más responsabilidad por su propia conducta y atribuir responsabilidad a otros.
Como resultado, tienen mayor probabilidad de ser punitivos y menos simpáticos que los externos.
Los intereses tienen mayor posibilidad de saber acerca de las condiciones que conducen a una buena física y emocional y de dar pasos positivos para mejorar la propia tal como dejar de fumar, evitar el abuso de sustancias y practicar ejercicio en forma regular.
Sufren menos de hipertensión y tienen menos probabilidades de sufrir ataques cardiacos. Cuando se enferman, afrontan la enfermedad de manera más adecuada que los externos. Los internos también derivan más beneficio del apoyo social y es más probable que usen la anticoncepción.
Los externos tienden más a conformarse y prefieren no tener que hacer una elección. Los externos pueden ser más ansiosos y deprimidos, al igual que más vulnerables al estrés. Desarrollan estrategias defensivas que invitan al fracaso al afrontar una tarea y usarlas después para explicar su fracaso. Atribuyen su falta éxito a mala suerte o a las dificultades de las tareas.
Algunas investigaciones han mostrado diferencias de género en el sitio de control, con las mujeres tendiendo a ser extendidas. El aumento en las puntuaciones externas en las mujeres en la séptima década de vida pueden reflejar un mayor conocimiento de las restricciones externas sobre su capacidad de satisfacer sus objetivos en el trabajo y en otros ámbitos. Rotter cree que la creencia externa en el sitio de control ya sea interno o externo es irreal y poco saludable. Ha planteado la hipótesis de una relación, curvilínea entre las medidas del sitio de control y las evaluaciones de desadaptación. Sin embargo, es claro que muchas características favorables han sido asociadas con el sitio de control interno y se ha propuesto que una orientación interna conduce más a una adaptación y funcionamiento sociales positivos. El constructo del sitio de control es durable y ha tenido una repercusion importante. Algunas de las investigaciones más recientes son transculturales.
Conceptos Básicos
Las observaciones empíricas de Rotter acerca de las diferencias individuales condujeron a una teoría motivacional más general en la que la conducta potencial, la expectativa, el valor de re forzamiento y la situación psicológica son vistos como cuarto variable que pueden ser medidas y relacionada en una formula especifica que permite predecir la conducta de una persona en cualquier situación dada.
Potencial Conductual
El potencial conducta se refiere a la posibilidad de que una conducta particular ocurrirá en una situación determinada. Rotter usa el término “conducta” en un sentido amplio para refiere a una clase grande de respuestas que incluyen movimientos manifiestos, expresiones verbales y reacciones cognoscitivas y emocionales. En cualquier situación determinada, un individuo podría reaccionar en una cantidad de formas diferentes. La conducta potencial es específica tanto para la conducta particular como para el reforzamiento relacionado.
Expectativa
La expectativa se refiere a las anticipaciones subjetivas de los individuos acerca del resultado de su conducta. Es una estimación de la probabilidad de que un reforzamiento particular ocurrirá si el individuo se comporta de cierta forma en una situación determinada.
Por ejemplo, ¿Cuál espera Johnny que será el resultado de su berrinche? La respuesta a esta pregunta influirá en la probabilidad de que ocurra un berrinche.
Las expectativas están basadas en la experiencia previa. Un individuo que se ha desempeñado bien de manera consistente en matemáticas espera obtener buenos resultados en cursos de matemáticas subsecuentes. La expectativa es una estimación subjetiva; tiende a reflejar la forma en que una persona se siente respecto a un tema.
Por consiguiente, no por fuerza está basada en todos los datos objetivos pertinentes ni es por necesidad una estimación verdadera.
Valor del Reforzamiento
El valor del reforzamiento se refiere a la importancia o preferencia de un reforzamiento particular para un individuo. Por ejemplo, en una situación dada, Mary puede rehusarse a lavar el automóvil de su papá si piensa que la única recompensa para la tarea será un agradecimiento verbal. Por otra parte, podría estar ansiosa por el automóvil si cree que recibirá diez dólares por el trabajo.
El valor de reforzamiento de una recompensa particular difiere de un individuo a otro. Algunos niños están más interesados en complacer a sus padres que otros.
Rotter sugiere que los individuos tienden a ser consistentes en el valor que le dan a diferentes reforzamientos. Cada persona tiene una serie característica de preferencias que traslada a las situaciones.
Como las expectativas, los valores asociados con reforzadores diferentes están basados en experiencias pasadas.
La Situación Psicológica
La situación psicológica se refiere al contexto psicológico en el que responde el individuo. Es la situación definida desde la perspectiva de la persona. Cualquier situación determinada tiene significados distintos para individuos diferentes y estos significados afectan a la respuesta.
El concepto de Rotter sobre la situación sicológica toma en cuenta la importancia de las influencias tanto disposiciones como situacionales. Reconoce que un individuo puede tener una necesidad intensa de la agresión, sin embargo, puede comportarse en forma agresiva o no en una situación particular dependiendo de las expectativas de reforzamiento. Rotter cree que los indicios complejos de cada situación crean expectativa en los individuos para los resultados de reforzamiento de la conducta y par a las secuencias de reforzamiento.
Rotter ha usado una variedad de técnicas diferentes en sus esfuerzos por medir las variables que están implicadas en su fórmula. Algunas de éstas se basan en autorreportes del individuo. Los métodos de clasificación en los que se pide a las personas que clasifiquen descripciones verbales de reforzamientos del más al menos reforzante han sido usados para medir el valor del reforzamiento. Cuestionarios verbales en los que se les solicita a los sujetos que predigan la probabilidad de éxito en varias tareas han sido usados para medir la expectativa. La conducta potencial puede ser medida pidiendo a las personas que expresen lo que harían en ciertas situaciones. También se han usado observaciones conductuales para indicar la fuerza de esos constructos. Los individuos pueden ser observados comportándose en realidad en formas tales que los hacen recibir un reforzamiento sobre otro. Se piensa que la elección por parte de un sujeto de una alternativa sobre otra es indicativo de un nivel superior de expectativa para la alternativa elegida. Las observaciones de la conducta de un individuo durante un periodo largo dan un inicio de la frecuencia con la que tienden a ocurrir ciertas conductas.
Los Conceptos de Necesidad y de Nivel de Objetivo Mínimo
Rotter cree que la conducta humana siempre es direccional y está determinada por necesidades que pueden ser inferidas de las formas en las que un individuo interactúa con el ambiente. Una necesidad es un grupo de conductas que está relacionadas en el sentido de que conducen a los mismos reforzamientos o a similares. Rotter hace una distinción entre necesidades biológicas no aprendidas y necesidades sicológicas, condiciones cognoscitivas internas que son el resultado de la experiencia más que del instinto. Las necesidades psicológicas surgen por medio de la asociación de experiencias con reforzamientos de reflejos y necesidades básicas tales como el hambre, la sed, alivio del dolor y la estimulación sensorial. Conforme nos desarrollamos, nuestras necesidades sicológicas se relacionan cada vez más con indicios en el ambiente. Debido a que en nuestra etapa de bebés y niños somos dependientes en gran medida de otras personas para la satisfacción de nuestras necesidades, muchos de nuestros objetivos aprendidos, tales como la necesidad de amor, afecto, reconocimiento y dependencia son de origen social. Las necesidades humanas también varían en términos de sus generalidades y predecibilidad. Algunos de nuestros motivos y nuestras necesidades son muy específicos y por tanto, las conductas que incluyen son vaticinadas con facilidad.
Por medio de la investigación empírica, Rotter y Hochreich han establecido seis categorías amplias de necesidades comprende en actividades sociales valoradas.
Dominación; la necesidad de controlar las decisiones propias y confiar en uno mismo.
Protección dependencia; la necesidad de hacer que otros prevengan la frustración o ayudar a obtener objetivos.
Amor y afecto; la necesidad de ser aceptado y agradar a los demás.
Comodidad física; necesidades aprendidas de satisfacciones físicas asociadas con la seguridad.
El concepto de nivel de objetivo mínimo se refiere al nivel más bajo de reforzarniento potencial que es percibido corno satisfactorio en una situación particular. Los reforzamientos pueden ser considerados existentes en un continuo. Los individuos varían en cuando a sus niveles de objetivo mínimo o el punto del continuo que divide los reforzamientos recompensantes positivos de los negativos.
El concepto de nivel de objetivo mínimo junto con el de libertad de movimiento pueden ser útiles para predecir la conducta y entender la adaptación de la personalidad. Un individuo que está habituado en una situación particular tiene una libertad de movimiento alta en esa área y niveles de objetivos realistas.
Psicoterapia
Los conceptos de Rotter han encontrado aplicación en el campo de la psicología clínica. En general, Rotter sugiere que los individuos desadaptados se caracterizan por una libertad de movimiento baja y un valor de la necesidad alto.
La libertad de movimiento baja puede resultar de una falta de conocimiento o capacidad para desarrollar las conductas que son necesidades para alcanzar los objetivos. Un individuo que tiene retardo mental puede tener expectativas bajas debido a una incapacidad para aprender habilidades básicas. La libertad de movimiento baja puede surgir de la naturaleza misma del objetivo. Si un objetivo es antisocial, comportarse en formas que lo satisfacen invita al castigo.
Una expectativa de fracaso puede surgir también de la generalización errónea de experiencias de frustración de un área a otra. Un niño cuya pierna le impide la participación en los deportes puede generalizar de manera errónea y asumir que le desagrada a los demás. Los individuos que son castigados en forma severa en la infancia pueden generalizar de aquellas experiencias al presente. Los individuos que son castigados en forma severa en la infancia pueden generalizar de aquellas experiencias al presente. Los individuos desadaptados a menudo aplican las expectativas y conductas de una situación a otra de modo inapropiado.
Tienden a buscar recompensas inmediatas y a negar las consecuencias a largo plazo de sus conductas y enfatizan la gratificación de una necesidad con la exclusión de otras.
Su estudio sobre la importancia de un ambiente apropiado para el cambio ha conducido a una concepción nueva del hospital mental corno una comunidad terapéutica en sí mismo.
En otros casos Rotter emplea varias estrategias conductuales tales como la desensibilización sistemática el condicionamiento aversivos o la sensibilización cubierta (la asociación de conductas indeseables con estímulos aversivos en la imaginación del individuo), el entrenamiento en asertividad y el adiestramiento conductual en habilidades específicas.
Con su énfasis cognoscitivo, la teoría del aprendizaje social desarrollada por Rotter enfatiza también la necesidad de cultivar el insight de los motivos propios conforme se han desarrollado a partir de experiencias pasadas, discernimiento sobre los motivos de los demás e insight sobre las consecuencias a largo plazo de la propia conducta. Rotter señala, sin embargo que no basta con que los clientes entiendan los orígenes de su problemas; también deben enseñárseles nuevas conductas que los resolverán. La teoría del aprendizaje social concibe a la psicoterapia en forma amplia en el contexto de la interacción social.
La función del terapeuta es ayudar al paciente a· desarrollar una relación más satisfactoria con el ambiente social.
El enfoque cognoscitivo de la personalidad promete ser muy fructífero. Los factores cognoscitivos pueden proporcionar el vínculo que ayudará a trascender la dicotomía tradicional entre los factores disposicionales y situacionales en la conducta. Los patrones cognoscitivos y conductual distintivos determinan el significado único que tienen los estímulos y los reforzadores para diferente individuos. El estilo cognoscitivo de una persona influye en la adaptación al mundo y en la competencia interpersonal. En fechas recientes, ha habido esfuerzos para construir modelos complejos de procesamiento de la información que podrían por ultimo simular una gran variedad de actividad mental humana. Además, se ha presentado un contacto creciente entre la psicología y la neurofisiología con base en la creencia de que los sistemas cognoscitivos podrían estar unidos a sistemas neurales subyacentes. En la actualidad, la mayor parte de la investigación sobre la personalidad implica elementos cognoscitivos sobre la personalidad implica elementos cognoscitivos en algún punto. Hay pocas dudas de que el énfasis en la cognición ha crecido y continuará como un factor importante en la discusión sobre la personalidad.
La teoría del aprendizaje social cognoscitiva desarrollado por Rotter combina en forma creativa la teoría tradicional del aprendizaje con interés en la cognición. La perspectiva de Rotter representa una desviación significativa del conductismo radical de B. F. Skinner, sin embargo, conserva el énfasis importante en una metodología extracta y en las características clásicas de la tradición del aprendizaje. Por tanto su teoría es muy atractiva para los investigadores con orientación experimental. También atrae a aquellos que están adaptados a los avances que se han realizado en los estudios cognoscitivos. Su énfasis en los factores cognoscitivos es mayor que el Albert Bandura. En resumen, su teoría está alineada con las tendencias actuales en la psicología académica.
La investigación de Rotter es rigurosa y bien controlada aun cuando permite métodos introspectivos además de la observación objetiva de la conducta. En efecto, ha fomentado una nueva apreciación de la introspección como una técnica metodológica, y al hacerlo ha realizado una corrección válida de la estrechez rígida que caracteriza a la teoría de la conducta y del aprendizaje radical.
Como una ciencia, la teoría de Rotter sobresale. Sus términos son definidos en forma operacional y medibles, y se prestan a prueba empírica. Su teoría satisface con facilidad el criterio de verificabilidad. El apoyo empírico para su teoría ha sido fuerte, en particular respecto a su concepto de sitio de control. Su trabajo tiene un valor heurístico considerable y puede permitirnos por último predecir la conducta. La teoría de Rotter ha estimulado la investigación y encontró un amplia en el ámbito clínico, donde la escala I-E ratifica ser muy útil.
La teoría de Rotter ha sido criticada, sin embargo, por su falta de profundidad. Asume pocos riesgos al plantear hipótesis y hace poco más que resumir el conocimiento existente, por lo general bien conocido.
Referencia Bibliográfica
Luza, R., (2005), Psicología de la Personalidad, Arequipa, Perú
Agregue un comentario