Una idea es simplemente un pensamiento que se traduce en un nuevo dictamen, sugerencia, impresión, plan u objetivo. No tiene que ser original. Ni siquiera tienen que ser nuevo. En el campo de la redacción publicitaria, una idea sólo tiene que ser algo que haga pensar: “Hey, esto podría funcionar!”
No hay que confundir las ideas con ser creativo. Los dos no son siempre lo mismo. Una gran idea para un folleto, por ejemplo, podría ser transmitir la información de una manera clara y directa. Esto obviamente no es emocionante y creativo, pero seguro que es una gran idea y muy eficaz para su objetivo.
No hay ningún misterio para la generación de ideas. Este proceso ocurre todo el tiempo. Nuestro cerebro funciona como una fábrica de ideas de gran alcance y de forma continua. Pero se necesita alimentar esta fábrica con las materias primas correctas y asegurarnos de capturarlas para no olvidarlas.
¿Y de donde provienen estas materias primas? en el plano de la publicidad comercial, nuestra materia prima es la investigación de antecedentes sobre el producto y el público, además de conocer el objetivo de la pieza promocional y su entendimiento actual de lo que funciona y qué no. Otras materias primas o inspiración también pueden ser los materiales publicitarios de la competencia, información de campañas anteriores relacionadas con el producto.
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