Antecedentes Biográficos
Carl Gustav Jung, nació en 1875 en Suiza, donde vivió toda su vida. Era el único hijo sobreviviente de un pastor rural pobre y estudioso de la iglesia reformada. Jung describió a su padre como convencional y amable, pero débil. Lo respetó aun cuando tenía dificultades para comunicarse con él, en especial en cuestiones de religión, lo cual preocupó a Jung durante toda su vida. Escéptico de la fe ortodoxa en la que fue criado, buscó sin descanso respuestas adecuadas. Esta búsqueda se refleja en su psicología, con su interés en la religión, la mitología y lo oculto.
Su madre era una persona que infundía respeto. Jung sentía que ella era una buena madre pero que sufría de perturbaciones emocionales. Más tarde la describiría como poseedora de dos personalidades, una amable y amorosa, la otra severa y reservada.
Jung describió su niñez como solitaria y su personalidad como introvertida. Dos hermanos habían muerto en la infancia antes de que Jung naciera y su hermana nació cuando él tenía nueve años de edad. El pequeño niño con frecuencia jugaba solo, inventando juegos y tallando un pequeño amigo de madera para consolarse. Estos largos periodos de soledad encontrarían más tarde expres1on en su autoanálisis. Su psicología también reflejó su predilección de estar solo. La madurez para Jung no está definida en términos de relaciones interpersonales, como para Freud, sino de integración o equilibrio dentro del yo.
En su infancia, tuvo varios contactos cercanos y roces con la muerte y estaba familiarizado con la enfermedad. Cuando era pequeño su madre tuvo que ser hospitalizada durante varios meses, dejándolo al cuidado de una tía anciana y una sirvienta de la familia. Durante su juventud una serie de rachas de desmayos lo hicieron perder más de seis meses de escuela. El muchacho disfrutaba y la oportunidad de explorar otras áreas que le interesaban pero que no estaban en el plan académico tradicional. Sin embargo, poco después de que escuchó por casualidad que su padre· comentaba acongojado a un amigo: «¿Qué será del muchacho si no puede ganarse su sustento?», su salud se restableció y regresó a la escuela.
Jnng en principio quería ser arqueólogo, pero por razones financieras sólo podía permitirse asistir a la Universidad de Basilea, la cual no ofrecía cursos en esa área. Por consiguiente, eligió estudiar medicina.
Planeaba especializarse en cirugía cuando se encontró con un libro de texto de Krafft Ebing, un neurólogo alemán, que describía a la psiquiatría como invariablemente subjetiva. La descripción provocó el interés de Jung. Ahí había un campo que podría proporcionar la clave de algunos de los sueños, misterios y sucesos oscuros que él había estado tratando de entender.
Su primer nombramiento profesional fue como asistente en un hospital mental de Zurich, donde trabajó con Eugen Bleuler, un psiquiatra bien conocido que acuno el término «esquizofrenia». Más tarde, Jung se volvió conferencista en la Universidad de Zurich. Estableció un consultorio privado y desarrolló una prueba de asociación de palabras para estudiar reacciones emocionales.
Jung conoció a Freud por primera vez en 1907 después de haber sostenido correspondencia con él durante un periodo breve acerca de su interés mutuo. Los dos hombres estaban muy impresionados entre sí por el trabajo de cada uno. Esa reunión comenzó una relación personal y profesional intensa. Durante algún tiempo Freud consideró a Jung como su heredero evidente y sus sentimientos afectivos hacia él eran los de un padre por su hijo. Cuando se fundó la Sociedad Psicoanalítica Internacional, Jung, con el respaldo de Freud, se convirtió en su primer presidente. Viajaron juntos a la Universidad Clark, en donde ambos habían sido invitados para dictar conferencias.
En varias ocasiones cuando Jung estaba en desacuerdo con Freud, este último se molestaba tanto que algunas veces llegó a desmayarse. En 1913, Jung rompió relaciones con Freud y su escuela. Freud describió la separación como «una gran pérdida» la cual también trajo problemas a Jung, quien entró en un periodo de extensa desorientación interna en la que no podía leer ni escribir y la que al final lo condujo a su autoanálisis. Huchas razones subyacen al rompimiento con Freud; el punto de desacuerdo más pronunciado fue el rechazo de Jung respecto al énfasis de Freud en la sexualidad. Mientras que para Freud todos los procesos intelectuales superiores y experiencias emocionales significativas eran en esencia sustitutos para la sexualidad y pueden de tal modo ser entendidos, para Jung la sexualidad misma debe ser considerada simbólica. La sexualidad y la creatividad que la representa tienen una cualidad misteriosa y no puede ser analizada por entero o ser descrita por completo.
Por consiguiente, Jung desarrolló su propia escuela de pensamiento, la cual al final llegó a ser conocida como psicología analítica. Escribió en forma extensa y sus teorías únicas fueron informadas por una vasta colección de intereses incluyendo religiones orientales, mitología y alquimia; aunque estos temas son considerados con desconfianza frecuentemente, desde el punto de vista científico, Jung sentía que eran esenciales para el psicólogo e indispensables para el entendimiento de las fuerzas misteriosas del inconsciente. Algunos críticos argumentan que las teorías de Jung fomentan el racismo, que Jung era psicótico, antisemita y pro – nazi. Otros críticos argumentan que aunque Jung era en ocasiones un individuo preocupado, era historiador sensible con ideas únicas y penetrantes, que sus peculiaridades eran señales de genialidad en lugar de locura y que los alegatos de antisemitismo y pro nazismo no se basan en hechos. Una reevaluación reciente del énfasis de Jung en la importancia de una psicología de la diferencia cultural sugiere que sus ideas pueden hacer una contribución importante a aquellos que se interesan en los procesos de transformación política y social. Jung murió en 1961 a la edad de 85 años, después de una vida larga y fructífera.
La Naturaleza y la Estructura de la Personalidad
Mientras Freud describía la estructura de la personalidad en términos de tres fuerzas que están en conflicto él ello, el yo y el superyó, Carl Jung la concibió como una red compleja de sistemas interactuantes que luchan hacia la armonía final: los primarios son el yo, el inconsciente personal con sus complejos y el inconsciente colectivo y sus arquetipos. Jung también describió dos actitudes primarias hacia la realidad y cuatro funciones básicas, las cuales juntas constituyen aspectos separados pero relacionados de la psique, o personalidad total.
La psique se refiere a todos los proceso psicológicos: pensamientos, sentimientos, sensaciones, deseos, etcétera. Jung usó los términos «psique» y «psíquico», en vez de «mente» y «mental», para evitar las implicaciones de la conciencia en estos últimos y para enfatizar que la psique abarca tanto procesos conscientes como inconscientes.
Jung y Freud difieren en sus enfoques del inconsciente. Freud se inclinaba a concebirlo en esencia como materiales que han sido reprimidos, mientras que Jung enfatizaba un concepto del inconsciente como la fuente de la conciencia y la matriz de nuevas posibilidades de vida.
Energía Psíquica
Diferentes teóricos a menudo usan las mismas palabras, tales como psique, inconsciente, libido y yo, para definir procesos y características de los seres humanos que creen que son representados bien por el término. Estos conceptos no son intercambiables y deben ser entendidos en función de cada teoría como un todo.
Para Freud, la fuerza motivadora de la personalidad consiste en el libido, el impulso sexual. Jung también usó «libido» para referirse a la energía psíquica, pero su uso no debe confundirse con la definición de Freud. Jung usó el término en una forma más generalizada como una energía vital indiferenciada. Libido es un apetito que puede referirse a la sexualidad y también a otras necesidades. Se refleja a sí misma como luchadora, deseosa y dispuesta. La energía psíquica opera de acuerdo con los principios de equivalencia y entropía; busca un equilibrio y mueve a la persona hacia delante en un proceso de autorrealización.
Aunque Jung no rechazó una base instintiva de la personalidad, criticó el énfasis de Freud en la sexualidad, sugiriendo que es cuando mucho reduccionista o simplista, ya que reduce cualquiera y todas las acciones a actividades sexuales. Por ejemplo, el falo representa mana o poder al igual que sexualidad. Jung creía que la sexualidad misma debe ser considerada simbólica, con una cualidad misteriosa de distinción que no puede ser descrita por completo.
El Yo
Para Jung, el yo es la mente consciente de un individuo, la parte de la psique que selecciona las percepciones, pensamientos, sentimientos y recuerdos que pueden entrar en la conciencia. El yo es responsable de nuestros sentimientos de identidad y continuidad. Es a través de nuestro yo que establecemos una sensación de estabilidad en la forma en que nos percibimos. El yo, sin embargo, no es el verdadero centro de la personalidad para Jung. Esto va en contra de nuestro centro como la conciencia que tenemos de nosotros mismos, pero para Jung, como se verá pronto, el verdadero centro de la personalidad está enfocado en otra parte.
Tipos Psicológicos
Las actitudes
La extroversión es una actitud en la que la psique está orientada hacia afuera al mundo objetivo. El extrovertido tiende a estar más cómodo con el mundo exterior de personas y cosas. La introversión es una actitud en la que la psique está orientada hacia adentro al mundo subjetivo.
Jung se clasificó a sí mismo como introvertido y a Freud como extrovertido. Pero al describir a las personas con estos términos, Jung trataba de manera primaria con la psicología de la conciencia. Una actitud consiente, habitual cuando un individuo es introvertida o extrovertida, pero la otra actitud también está presente, aunque puede estar subdesarrollada y en su mayor parte ser inconsciente.
Las Funciones
Las cuatro funciones de Jung se agrupan en pares opuestos. Las funciones de sensación e intuición se refieren a la manera en que recopilamos datos e información. El que siente está más cómodo usando los cinco sentidos y tratando con hechos y con la realidad. El que intuye busca relaciones y significados o posibilidades acerca de acontecimientos pasados o futuros. Pensamiento y sentimiento se refieren a la manera en que llegamos a conclusiones o hacemos juicios.
Las dos actitudes y las cuatro funciones pueden combinarse para formar ocho tipos psicológicos.
Los tipos extrovertidos
Cuatro de los tipos son extrovertidos. Éstos incluyen:
• Pensamiento
Estas personas tienden a vivir de acuerdo con reglas fijas.
Reprimen los sentimientos y tratan de ser objetivos pero en ocasiones son dogmáticos en su pensamiento.
• Sentimiento
Estos individuos son personas sociables que buscan la armonía con el mundo y respetan la tradición y la autoridad. Tienden a ser bastante emocionales, ya que el pensamiento está reprimido.
• Sensación
Estas personas buscan placer y disfrutan las experiencias sensoriales nuevas. Están orientados con intensidad hacia la realidad y reprimen la intuición.
• Intuición
Estos individuos son muy creativos y encuentran atractivas las ideas nuevas. Tienden a tomar decisiones basadas en corazonadas más que en hechos y están en contacto con su sabiduría inconsciente. La sensación está reprimida.
Los tipos introvertidos
Los otros cuatro tipos psicológicos son introvertidos:
• Pensamiento
Estos individuos tienen una necesidad intensa de privacidad. Tienden a ser teóricos, intelectuales y algo imprácticos. El individuo reprime los sentimientos y puede tener problemas para relacionarse de forma satisfactoria con otras personas.
• Sentimiento
Estas personas tienden a ser calladas, pensativas e hipersensibles. El pensamiento está reprimido y el individuo puede parecer misterioso e indiferente hacia los demás.
• Sensación
Estos individuos tienden a ser pasivos, calmados y artísticos. Se enfocan en los acontecimientos sensoriales objetivos y reprimen la intuición.
• Intuición
Jung se describió a sí mismo como un introvertido intuitivo.
Estos individuos tienden a ser soñadores místicos que proponen ideas nuevas inusuales y rara vez son entendidos por los demás. La sensación está reprimida.
El Inconsciente Personal
Jung comparó el aspecto consciente de la psique con una isla que surge del mar. Sólo se nota la parte que está encima del agua, aun cuando una masa de tierra mucho más grande, el inconsciente, se encuentre debajo.
El inconsciente personal es una tierra que no siempre está cubierta por el mar y por tanto puede ser requerida. Allí residen aquellas percepciones, pensamientos, sentimientos y recuerdos que han sido apartados (ya que nuestra conciencia sólo puede contener unos cuantos detalles a la vez) y pueden ser recuperados con facilidad. El inconsciente personal también incluye aquellas experiencias de la historia de la vida de un individuo que han sido reprimidas u olvidadas.
Éste es un aspecto del inconsciente que, como se ha visto, Freud también enfatizó. Estas experiencias olvidadas son accesibles para la conciencia aun cuando volverse consciente de algunas de éstas puede ser un proceso arduo.
Las experiencias son agrupadas en el inconsciente personal en lo que Jung llama complejos. Un complejo es un grupo organizado de pensamientos, sentimientos y recuerdos respecto a un concepto particular. Se dice que un complejo tiene un poder constelador, lo cual significa que tiene la capacidad para extraer ideas nuevas e interpretarlas como corresponde. Puede compararse con un imán que atrae a las experiencias relacionadas. Entre más poder constelador tiene un complejo, más poderoso se vuelve. Los complejos tienen implicaciones importantes para nuestras relaciones interpersonales, influyendo en forma específica en la manera en que reaccionamos hacia lo demás.
El Inconsciente Colectivo
Mientras el inconsciente personal es único para cada individuo, el inconsciente colectivo es compartido. Jung se refería al inconsciente colectivo considerándolo «transpersonal»; es decir, se extiende a través de las personas. Consiste en ciertas potencialidades que todos compartimos debido a que somos humanos. Muchos críticos creen que Jung hizo una contribución única para la psicología profunda con su concepto del inconsciente colectivo. El concepto de Freud acerca de las fuerzas inconscientes estaba limitado en su mayor parte a las experiencias personales que han sido reprimidas u olvidadas. Mientras otros disidentes de Freud tendían a minimizar el poder de las fuerzas inconscientes, Jung puso un énfasis mayor en éstas y subrayó las cualidades que compartimos con otras personas.
Todas las personas, debido a que son seres humanos, tienen ciertas cosas en común. Todos los seres humanos viven en grupos y desarrollan alguna forma de vida familiar o sociedad en la que son asignadas funciones a varios miembros. Estos roles pueden variar de una sociedad en la que son asignadas funciones a varios miembros. Estos roles pueden variar de una sociedad a otra pero existen en todos los grupos humanos. Todos los seres humanos comparten ciertas emociones tales como la alegría, la pena o el enojo. Las formas de expresar estas emociones pueden variar, pero las emociones en sí son compartidas. Todos los seres humanos desarrollan alguna forma de lenguaje y simbolización. Las palabras particulares pueden variar, pero los conceptos y símbolos son compartidos. Por tanto, ciertos arquetipos y símbolos reaparecen una Y otra vez de una sociedad a otra y pueden apreciarse que tienen un significado común.
Jung consideró al inconsciente colectivo como un concepto empírico cuya existencia puede ser demostrada por medio de sueños, mitología y datos transculturales. Los efectos del inconsciente colectivo se encuentran presentes en experiencias que todos hemos tenido, tales como enamorados de un «otro perfecto”, sentirnos colmados por una obra de arte o pieza musical, o ser atraídos por el mar, y se expresan en símbolos compartidos que tienen significado universal.
Arquetipos
Dentro del inconsciente colectivo se encuentran los arquetipos o imágenes primordiales. Un arquetipo es una forma de pensamiento universal o predisposición a responder ante el mundo de ciertas maneras.
La palabra «predisposición” es crucial para el concepto de Jung sobre el inconsciente colectivo y sus arquetipos. Enfatiza potencialidades, ya que los arquetipos representan formas potenciales diferentes en las que podemos expresar nuestro carácter humano. Jung, escribió: «El arquetipo es una especie de predisposición para producir una y otra vez las mismas ideas míticas o ideas similares. Por consiguiente, parece como si lo que está impreso en el inconsciente fuera en exclusiva la fantasía subjetiva – ideas excitadas por el proceso físico-. De este modo se puede asumir que los arquetipos son impresiones recurrentes hechas por razones subjetivas».
Persona
La persona se refiere al rol social que asume en la comunidad y nuestro entendimiento de éste. Por tanto, la propia persona es la máscara que un individuo usa para adaptarse a las demandas de la sociedad. Cada uno elige o se le asignan roles particulares en nuestra sociedad. La persona representa un compromiso entre su identidad verdadera y la identidad social. Omitir el desarrollo de una persona es correr el riesgo de volverse asocial. Por otra parte, uno puede identificarse de manera demasiado completa con la persona a expensas de la identidad verdadera y no permitir que se desarrollen otros aspectos de la personalidad.
Sombra, «Demonio Interno»
La sombra abarca aquellos pensamientos, sentimientos y conductas insociables que poseemos en potencia y otras características que no aceptamos. Es el lado opuesto de la persona, ya que se refiere a aquellos deseos y emociones que son incompatibles con nuestras normas sociales y personalidad ideal. Podría ser descrita como el demonio interior. La elección de Jung de la palabra «sombra» es deliberada y está diseñada para enfatizar su necesidad. No puede haber sol que no deje una sombra. La sombra no puede ser evitada y uno está incompleto sin ésta. Jung estaba de acuerdo con Freud en que esta base y los impulsos insociables pueden ser sublimados y canalizados hacia fines satisfactorios. La sombra también puede ser proyectada en otros individuos, con consecuencias interpersonales y sociales importantes tales como el prejuicio.
Ánima y animus
Cada uno de nosotros tiene un género sexual asignado, masculino o femenino, basado en nuestras características sexuales manifiestas. Pero ninguno de nosotros es hombre o mujer en forma pura. Cada uno de nosotros tiene cualidades psicológicas y sentimientos. Por tanto, el arquetipo del ánima es el lado femenino de la psique masculina y el arquetipo del animus es el lado masculino de la psique femenina. El ánima o animus de un individuo refleja experiencias humanas colectivas e individuales a través de las eras pertenecientes al sexo opuesto al propio. Nos ayuda a relacionarnos con el sexo opuesto y a entenderlo.
Jung creía que la conciencia de las mujeres se caracteriza por la capacidad para entablar relaciones, mientras que la de los hombres se distingue por la capacidad para realizar un pensamiento racional y analítico. La persona, o máscara social, difiere en hombres y mujeres debido a los diversos roles que la sociedad y la cultura les han asignado. Ánima y animus funcionan en formas que compensan la personalidad exterior y muestran las cualidades ausentes en la expresión consciente hacia el exterior. Debido a que el desarrollo psicológico implica la integración de la persona y su ánima o animus, Jung creía que progresaría de manera diferente para el hombre y la mujer.
Una mujer puede reaccionar ante su animus de varias formas. De manera tradicional, las mujeres han reprimido sus cualidades masculinas y luchan por cumplir su rol femenino. Jung pensó que esto podría conducir a un desequilibrio en la personalidad y esfuerzos inconscientes de parte del animus para introducirse en la vida de la mujer; él señaló que tanto ánima como animus pueden comportarse como si fueran leyes hacia sí mismas y tuvieran influencias perturbadoras. Otra forma de reaccionar ante el animus es identificarse con éste, pero eso por lo general hace más difícil para una mujer cumplir con su rol asignado.
Yo
El arquetipo central en el entendimiento de Jung es el del yo. El uso del término «yo» de Jung difiere del uso normal del término. El yo representa la lucha por la unidad de todas las partes de la personalidad. Es el principio organizador de la psique que atrae hacia sí y armoniza a todos los arquetipos y sus expresiones. El yo dirige un reparto ordenado de la energía psíquica de modo que las partes diferentes de la personalidad sean expresadas de manera apropiada.
Dependiendo de la ocasión y de nuestras necesidades personales, el yo nos permite ser aceptables desde el punto de vista social en el trabajo (persona), extravagantes en alguna fiesta (sombra), emocionales en un concierto (sombra), etcétera. El yo o sí mismo, más que el yo como mente consciente, es el verdadero punto medio de la personalidad. Por tanto, el centro de la personalidad no se encontrará en la conciencia del yo racional. Para Jung, el verdadero yo se encuentra en el límite entre consciente inconsciente, razón y sinrazón. El desarrollo del yo es el objetivo de la vida, pero el arquetipo del yo no puede comenzar a surgir hasta que los otros sistemas de la personalidad han sido desarrollados por completo. Por tanto, por lo general no comienza a aparecer hasta que se ha alcanzado la edad mediana. Jung habló de la realización del yo como un objetivo que se encuentra en el futuro. Es algo por lo que se debe luchar pero que rara vez se logra.
Autorrealización.
Jung sugirió que el yo está en el proceso de la autorrealización. No delineó etapas en el desarrollo de la personalidad ni consideró que los primeros años de la infancia fueran los más importantes, corno lo hizo Freud. El «nacimiento psíquico» de un individuo no ocurre en realidad sino hasta la adolescencia, cuando la psique comienza a mostrar una forma y contenido definidos. El desarrollo de la personalidad continúa a través de toda la vida y los años medios (35 a 40) marcan el comienzo de cambios importantes.
Lo Teleológico o lo Determinado
Aunque el concepto de la autorrealización fue descrito por completo por Jung, no puede decirse que fuera nuevo para su pensamiento. El origen del concepto se remonta al filósofo griego Aristóteles (384- 322 a. C).
Él sostenía que todo tiene un telos, un propósito u objetivo, que constituye su esencia e indica su potencialidad. Por ejemplo, toda bellota tiene la esencia de la arbolaridad y el potencial de convertirse en un roble enorme. De la misma forma, cada uno de nosotros tiene el potencial para desarrollarse hasta un yo, es decir, realizar, satisfacer y aumentar nuestras potencialidades humanas máximas. Este punto de vista es en esencia teleológico, o determinado. Explica el presente en términos del futuro con referencia a un objetivo que guía y dirige nuestro destino. Mientras que el punto de vista de Freud era causal de manera primaria, comprendiendo la personalidad en términos de condiciones antecedentes del pasado, Jung sostenía que tanto la causalidad corno la teleología son necesarias para un entendimiento completo de la personalidad.
Individuación y Trascendencia.
La autorrealización de sí mismo implica individuación y trascendencia. En la individuación, los sistemas de la psique individual logran su grado más completo de diferenciación, expresión y desarrollo. La trascendencia se refiere a la integración de los diversos sistemas del yo hacia el objetivo de la integridad y la identidad con toda la humanidad. Los conceptos de Jung de individuación y trascendencia son difíciles de entender para el individuo occidental promedio. En la psicología occidental, por lo general pensamos en la personalidad en términos de la unicidad de un individuo. Las personas que no parecen ser únicas a menudo son consideradas «carentes de personalidad».
Por tanto, conforme el yo se realiza, un proceso tormentoso que puede ser que nunca sea completado, se eleva de manera perpetua a un aumento mayor y realización de sí mismo y de la humanidad. Si se observa a la psique como una rueda, cuyo eje es el arquetipo del yo, se puede sugerir que el verdadero yo surge cuando los opuestos coinciden. La verdadera persona no consiste en el consciente o el inconsciente, mente o cuerpo, persona o sombra, características sexuales manifiestas o complementos, sino de todos éstos. La neurosis resulta de un desarrollo unilateral de la personalidad. La coincidencia de los opuestos es el objetivo último del desarrollo de la personalidad en la perspectiva jungiana. Si bien tanto Freud corno Jung enfatizaron la oposición dinámica de porciones de la personalidad, difirieron en las implicaciones de este conflicto.
Psicoterapia Junqiana
Jung consideraba a la neurosis como un intento de la persona para reconciliar los aspectos contradictorios de la personalidad. Un lado de la psique, tal corno la persona consciente, adaptativa, social, puede ~~Y exagerado a expensas de los aspectos inconscientes más oscuros. Es difícil describir el método de psicoterapia de Jung en forma específica debido a que no delinea con claridad sus procedimientos como lo hizo Freud. Además, Jung sostenía que ningún enfoque es adecuado para todos.
El individuo que ha tenido dificultad para aceptar los impulsos sexuales Y agresivos de la vida bien puede requerir una interpretación freudiana. Pero para otros, o en etapas diferentes del desarrollo, el entendimiento freudiano puede no ser lo bastante amplio.
En el psicoanálisis freudiano clásico, el analista permanece independiente y revela pocos sentimientos y reacciones personales a fin de facilitar la transferencia; mientras que el analista jungiano es más revelador de sí mismo, presagiando la terapia rogeriana y otras terapias contemporáneas. La terapia es un «procedimiento dialéctico», un diálogo entre doctor y paciente, consciente e inconsciente. Aunque puede ser usado el diván para facilitar procedimientos tales como la imaginación activa, en su mayor parte el analista y el paciente se sientan uno enfrente del otro. El analista jungiano también ve a los pacientes con mucha menos frecuencia que el freudiano. La frecuencia de las visitas depende de la etapa que ha alcanzado el paciente.
Durante las primeras etapas del tratamiento, hay una necesidad de confesión. Esta confesión por lo general es acompañada por alivio emocional y Jung la consideraba el objetivo del método catártico originado por Breuer y Freud. Pero Jung declaró que el alivio emocional, en sí mismo, no es más terapéutico que los berrinches u otros estallidos emocionales son curativos en y por sí mismos. Para Freud, el entendimiento intelectual consciente y el insight hacen efectiva a la catarsis. Jung enfatizó que la presencia del otro, el terapeuta que apoya al paciente en forma moral y espiritual al igual que intelectual, hace curativa la confesión.
Los Aportes de Jung
Muchos de los descubrimientos de Jung, como los de Freud tuvieron lugar en el ámbito clínico. También obtuvo información de fuentes ajenas al consultorio. Observaciones de otras culturas y estudios de religión y mitología comparadas, el simbolismo, la alquimia y lo oculto le proporcionaron una riqueza de información. Jung consideraba estas fuentes secundarias pero legítimas para los psicólogos que buscan descubrir los misterios de la psique humana. Creía que un método de estudio comparativo, usado a menudo en la historia y la antropología, era un enfoque valioso también para la ciencia. Jung no creía que los psicólogos debieran estar atados a un enfoque científico experimental.
Creía, sin embargo, que las conclusiones deben estar basadas en datos empíricos. Jung criticaba a la atmósfera científica contemporánea por limitar sus conceptos a aquellos de causalidad y enfatizaba el concepto de la teleología. Después de todo, afirmaba, los conceptos de causa y objetivo no son encontrados en la naturaleza sino que son constructos imaginarios impuestos por los científicos. Jung apremiaba a los científicos a trabajar dentro de un panorama y un diseño conceptual más amplios.
El pensamiento de Jung plantea un reto significativo para el pensamiento y la psicología occidentales con su énfasis en una metodología extrospectiva basada en la experimentación y en explicaciones causales más teleológicas. Sus ideas son compatibles con el pensamiento oriental, el cual enfatiza el autoentendimiento a través de la introspección y la experiencia. Es desafortunado que muchos psicólogos en los Estados Unidos hayan descartado tan rápido los conceptos de Jung. Éstos ameritan una consideración más seria.
Referencia Bibliográfica
Luza, R., (2005), Psicología de la Personalidad, Arequipa, Perú
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