Si usted va a tomar decisiones acerca de su empresa, puerde sacar una enseñanza con estas reflexiones, un ejercicio sincero acerca de las cosas que está dispuesto a modificar.
Para poner en marcha un negocio es necesario contar con valor, tenacidad y espíritu de aventura.
Si no estamos dispuestos a equivocarnos, no hay posibilidades de éxito futuro.
Lo importante es no creer que lo sabemos todo; esta posición es realmente peligrosa.
Solamente corriendo riesgos tenemos la posibilidad de llegar a un logro.
Todos tenemos 20 segundos para poner una idea en práctica, o perderla.
Nadie se lanza a un negocio con el 100% asegurado.
Una idea comercial parece muy extraña cuando recién comienza.
Los negocios son como la música o el arte, siempre se está aprendiendo.
La empresa es el reflejo de la personalidad de quien la dirige.
Las empresas no tienen por qué ser frías y calculadoras, eso no garantiza nada.
Quienes tengan dificultades para adaptarse a los cambios también las tendrán para mantenerse en pie.
La claridad en los objetivos es la pieza fundamental para poder avanzar.
Ser abiertos a los desafíos es de fundamental importancia para todo directivo.
En determinadas ocasiones es bueno que la realidad tome contacto con la esperanza.
Las fallas son parte del proceso de aprendizaje y jamás deberán detenernos.
La coherencia garantiza buenos resultados.
Se crece dando el paso adecuado, lentamente.
La desconfianza hace dificultoso el éxito de la delegación.
De la voluntad que pongamos en la tarea que realizamos, depende si ésta tendrá éxito o no.
Deja una respuesta