Los trabajadores temporales son contratados para ayudar a los empleadores a cumplir con las demandas del negocio, pero sin recurrir al gasto que implica un empleado regular. A veces si las expectativas son sobrepasadas, el trabajador temporal será contratado.
Con mayor frecuencia, sin embargo, la contratación de empleados temporales responde a un propósito de negocio que mayormente tiene que ver con la demanda de clientes estacionales, aumentos temporales en las órdenes de fabricación, empleados dados de baja por enfermedad o maternidad, etc.
Los empleados temporales también permiten a los empleadores mantener un colchón de seguridad en caso de algún contratiempo con los trabajadores regulares. Un punto en contra para los empleados temporales es que pueden ser despedidos por primera vez en un negocio o una recesión económica, además rara vez reciben beneficios como seguros o ingresos a planilla.
Si bien un empleo temporal puede terminar en cualquier momento en función de las necesidades del empleador, existen casos donde estos trabajadores temporales son a menudo tratados como empleados regulares, asistiendo a las reuniones de empresa y otros eventos.
Existen casos de trabajadores temporales que son contratados directamente por la empresa o que se obtienen por medio de una agencia de empleo. Si una agencia proporciona el trabajador temporal, el empleador paga una cuota por encima de la compensación recogida por el empleado. Los trabajadores temporales que trabajan a través de una agencia tal vez pueden recibir algunos beneficios. Pero estos empleados siguen siendo los empleados de la agencia, no de la empresa donde lo colocan.
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