La web se enfrenta a los mismos problemas éticos como otros medios de comunicación, además de algunos propios. Cuando se trata de publicidad, es un hecho que hacer afirmaciones falsas, ofertas engañosas y similares no son éticas. Pero esas no son las únicas cuestiones éticas a tener en cuenta.
Los publirreportajes, anuncios intersticiales, pop-ups y pop-unders, enlaces contextuales y los anuncios de superposición, para nombrar unos pocos, también corren el peligro de infringir alguna falta ética. La red es un espacio con muchas posibilidades pero también con poco control y esto se refleja también en las prácticas publicitarias.
¿Por qué un anunciante debe prestar atención sobre esto? Más allá de las multas y posibles llamados de atención, el anuncio éticamente cuestionable puede tener un impacto negativo en las marcas.
Lamentablemente muchos anuncios tienden a realizar anuncios polémicos que suelen afectar a determinados grupos o simplemente promueven los antivalores, con el único fin de llamar la atención. Esto es más común en la red por la fácil que es colgar un banner. Al respecto, el experto en marketing web Jakob Nielsen cree que «Los anuncios no éticos obtienen más fijaciones, pero las prácticas éticas atraerán a más clientes leales en el largo plazo».
Una publicidad polémica puede ser motivo de discusión en la redes sociales como Twitter, incluso prestarse a campañas de sabotaje por parte de usuarios indignados. Otro punto es que los medios de comunicación suelen hacer eco de estas discusiones en la red, con lo cual si bien el nombre de la compañía estaría en boca de todos, su imagen puede quedar demasiado dañada.
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