Son muchas las herramientas que la comunicación pone a nuestra disposición y que si son bien utilizadas, pueden aportar importantes ventajas competitivas a nuestro producto o servicio y que sin duda crearán nuevas e inmensas oportunidades para las empresas y para los profesionales.
Si bien es cierto, el éxito o el fracaso de una empresa, va a depender en gran medida del mensaje y la imagen que se proyecte tanto hacia el exterior como hacia el interior. El proyectar una buena información e imagen empresarial, depende de que el mercado tenga un conocimiento, una opinión y una valoración positiva de la organización y de los productos y servicios que ofrece.
La comunicación en su sentido global, como herramienta válida para introducir un mensaje en el mercado; va a aportar un valor, creando en el consumidor la necesidad de adquirir el producto y hacer que el cliente prefiera el nuestro, frente al de la competencia. Todo esto porque influye en el receptor, la percepción de las imágenes almacenadas en la memoria y la elección de un buen mensaje que sea efectivo, cuyo origen son precisamente las distintas estrategias de comunicación lanzadas por las organizaciones involucradas en los diferentes soportes.
Todas las áreas y aspectos comprometidos en el plan de comunicación, deben estar a cargo de un directivo y grupo de trabajo, con capacidad necesaria para traducir la estrategia global de la empresa y su proyecto; a un esquema de imagen desarrollado y controlado a través de técnicas de comunicación integral.
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