“DEL ACTO REFLEJO AL ACTO REFLEXIVO, DEL GRADO SENSIBLE AL GRADO RACIONAL DEL CONOCIMIENTO”
1. Consideraciones Generales
La sensopercepción es el origen del conocimiento. Pero ello constituye la primera etapa del proceso cognoscitivo que, desde el grado sensible es decir, de lo singular, se eleva a lo universal. ¿Cómo se llega al juicio de concepto partiendo de la sensopercepción ?. El análisis del grado sensible del conocimiento de la realidad exterior, obliga al estudio de los órganos de los sentidos.
Entre las grandes contribuciones, de la ciencia pavloviana se destaca la teoría de los analizadores, cuyo valor no consiste tan solo en la originalidad de la denominación: al llamar analizador al órgano de sentido, atribuye a éste la función de un primer análisis de los estímulos procedentes del medio exterior. Los estímulos materiales son recibidos por órdenes específicos, productos de un largo desarrollo evolutivo, son los analizadores externos visual, acústico, cutáneo, gustativo y olfatorio.
Así, la luz que es un fluido material ondulatorio, es captada por un sistema ganglionar sensible a una determinada gama de longitud de onda. Nos referimos de preferencia al analizador visual, porque sobre él hemos de ejemplificar nuestras argumentaciones generales.
En los analizadores comienza los impulsos que han de desarrollar el arco reflejo y su sensibilidad es tan grande , que en el caso de la retina, por ejemplo, se constata que puede percibir una luz de 1/10.000.000.000 de la que recibe en pleno día.
Captado el estímulo de modo que luego hemos de detallar los impulsos son trasmitidos de la zona cortical específica ubicada en ambas vertientes de la cisura calcarina, en el lóbulo occipital, en la parte media de la temporal para el oído de la zona 3 de Broadmann para el analizador cutáneo en el caso del analizador visual, tomado como ejemplo, la zona calcarina es el analizador central donde se realiza el análisis y síntesis más delicados del medio externo, en la gama de ondas del espectro visible. El área del analizador central de la visión es conocida en los textos clásicos con el nombre de centro visual.
Idéntica exposición se puede desarrollar para cada uno de los restantes analizadores, pero en todos ellos se repetiría el mismo esquema anatómico de la cadena del reflejo sensorial: sin embargo, reservamos para el capítulo sobre sensación y percepción, el comentario sobre cada órgano de sentido analizador periférico. El método de Pavlov para el estudio de los analizadores permite una verificación objetiva de los resultados, excluyendo los testimonios subjetivos. Este método adquiere singular importancia en la fisiología comparada con la experiencia con los animales pues el recurso de la respuesta condicionada permite saber con toda certeza si el animal ve o no ve, el grado de su acuidad auditiva o táctil y determinar si conoce los más finos matices de forma y color.
Las experiencias de Orbelli demostraron que el perro no percibe el color y si sólo el clarooscuro, revelan los notables recursos de la técnica y no le van en zaga los experimentos de Sherengeer -Krestovnikow y de Gubergrutz sobre el analizador visual y los de Tichomirov sobre el analizador acústico.
Otro de los postulados teóricos emanados de la experiencia pavloviana es la extensión del analizador central. El centro no queda restringido al área donde se realiza las elaboraciones más finas de los impulsos centrípetos procedentes del órgano periférico, sino que se extienden a territorios muy alejados de aquellos que le asigna la anatomía y fisiología clásicas.
2. Analizadores Externos: La sensopercepción:
Smirnov, define la sensación como el reflejo de las cualidades aisladas de los objetos y fenómenos del mundo material que actúan directamente sobre los órganos de los sentidos. Es una imagen subjetiva del mundo objetivo. Es la fuente de nuestro conocimiento del mundo que existe en sí, independientemente en nuestra conciencia.
La sensación representa el primer momento del proceso cognoscitivo: lo salado decía Feuerbach, es como el sabor, el reflejo subjetivo de una cualidad objetiva de la sal.
Mas, como ha sido explicado en la introducción no son las sensaciones pasivas las que organizan la primera fase del conocimiento de la realidad, a la manera de la tabula rasa de Locke, sino la actividad del hombre sobre el objeto. Si bien, de acuerdo con Smirnov, la sensación es el reflejo de cualidades aisladas de los objetos, ello representa sólo un momento inicial indiscernible del reflejo, pero cuando reconocemos la naturaleza del estímulo y lo designamos como frio, calor, dolor, ya es un acto psíquico complejo, una sensopercepción un rudimento de juicios sobre la realidad y las características externas del objeto.
El estudio del reflejo sensitivo-sensorial, premisa del proceso de conocimiento y de la actividad señal de los hemisferios, nos ponen en contacto con los orígenes primeros de la capacidad abstractiva del cerebro. El trabajo interno de los hemisferios en el análisis y síntesis delicadamente elaborados sobre los estímulos que llegan a los órganos de los sentidos, es la base neurodinámica de la abstracción conceptual.
Recordemos, sin embargo que la actividad de los sentidos corresponde al primer sistema de señales, común al animal y a al hombre y que a éste le corresponde el segundo sistema que no tiene relación directa con el mundo exterior que elabora segundas señales que abstraen y generalizan en el lenguaje las señales procedentes del primero.
Todo lo que tiene relación con los sentidos es patrimonio del primer sistema, y si bien las leyes del primero no son mecánicamente transportables al segundo, su conocimiento profundo, en cuanto de las “cualidades aisladas de los objetos y fenómenos”, permite comprender las condiciones del segundo sistema, cuya propiedad básica es la generalización. Designar un objeto, reconocerlo, es penetrar su esencia y agruparlo con otros según sus analogías sustanciales.
El analizador es un receptor de estímulos cuyas estructuras periféricas constituyen un todo unificado con su correspondiente analizador central. En virtud de esta vinculación orgánica que hemos tratado con motivo de la embriogenia el receptor se regula por las células corticales y éstas a su vez dependen del estado de sus receptores.
La acción recíproca, necesaria y constante entre el analizador y su área cortical, introduce otra innovación en el concepto de las estructuras y funciones sensoriales. El nervio conductor quo lleva a los impulsos desde el analizador periférico al analizador central posee fibras centrifugas que haciendo un recorrido inverso se dirigen al analizador periférico. De este modo se realiza el control reflejo de los analizadores que es ejercitado por los órganos centrales del sistema nervioso por medio de una actividad centrífuga ininterrumpida o realimentación, en terminología cibernética.
“Esta realimentación puede ser positiva o negativa reduciendo el efecto del estímulo. Como indicó Orbelli, estas dos clases de influencia centrales constantemente Interactuantes mantienen la sensibilidad del receptor periférico a un cierto nivel”.
La presencia do cadenas do neuronas ascendentes y descendentes y la existencia de conexiones reciprocas entre el córtex y las áreas subcorticales, lleva a considerar el analizador como sistema auto regulable, que no solo transforma y transmite señales de la periferia a los centros sino a través de las vías específicas ajusta su propio estado funcional para la selección de estímulos que llegan al cuerpo. Este mecanismo auto regulador del analizador actuando como un órgano aferente-eferente ha sido llamado por Berstein “anillo reflejo”.
3. Propiedades generales del analizador central
De acuerdo con los tratadistas clásicos, la corteza. se comporta como un órgano receptor y efector. Comprendiendo dos sectores diferentes desde los trabajos de Hitzig y Fritzig el de las zonas de la proyección y de asociación las primeras desencadenan la respuesta refleja directa, las segundas elaboran, con los materiales de la primera respuesta mucho más ajustadas y complejas. El esquema de la medula de zonas receptoras sensitivas y zonas efectora es trasladada a la estructura cerebral, con el agregado de vastas y complejas zonas asociativas donde tienen lugar el trabajo mental propiamente dicho.
4. El córtex es una neurona intercalar
Si bien la IV y V capas cm1icales tienen algunas fibras de proyección , Pavlov considera que la corteza actúa como una neurona intercalar que elabora los impulsos reflejos-condicionados. Ellos ponen a su vez , en acción los núcleos escalonados hasta la moto neurona espinal según la feliz expresión de Bikov, la corteza actuaría a la manera de un” arrancador”.
El pallium, con sus catorce mil millones de células es un extenso analizador de todos los impulsos que proceden tanto del medio interno como del medio exterior la corteza es un vasto analizador central.
A esta labor informativa se podría arguir ¿y la psicología ? , ¿dónde está la psicología que nos prometieron? Esta pregunta angustiosa seria propia de los 6 personajes en busca del autor de Pirandello , propia también del bañista que no encuentra al salir del mar. ¿pero acaso hay psicología sin cerebro y órganos de los sentido?. Bien, podría decirse pero una vez sabido el funcionamiento de los mecanismos la psicología debe ocuparse de su objetivo, la mente, la inteligencia el alma humana. ¿pero es acaso aceptable que un psicólogo comprenda de cualquier manera la neuro dinámica sensorial o una vez comprendida la parte de sí y la ubique en él ” en el capítulo correspondiente”? ¿No influirán en su pensamiento superior uno o más errores conceptuales procedentes del pensamiento “inferior de la fisiología?
Por ello es preciso seguir pacientemente este camino árido de los conocimientos básicos, que nos son tan áridos si algún día reconocemos su influencia en los frutos del pensamiento superior.
5. Todos los órganos son analizadores
Las excitaciones procedentes del medio externo son sintetizadas y analizadas en primera instancia por los analizadores periféricos. Pero a la par de los analizadores externos, los hay internos, viscerales y propioceptivos que realizan específicamente las excitaciones del medio interno, los cambios químicos, humorales, secretorios y mecánicos procedentes de la vísceras y tejidos. Cada órgano, así en su totalidad como en sus partes, es una analizador complejo un órgano de sentido que no se limita a moverse automáticamente de acuerdo con un mecanismo reflejo que impone la respuesta, sino que envía al hemisferio una notificación constante de su estado funcional.
Así ocurre también con el esqueleto, las articulaciones y músculos cuyos receptores especializados placas motrices huesos neuromusculares y terminaciones axónicas libres que envían sus impulsos específicos a la corteza cerebral a su analizador central la zona 4 de Broadmann.
Existen por tanto analizadores internos propioceptivos, que corresponden a la musculatura, huesos y articulaciones que no son meros ejecutores pasivos automáticos o voluntarios como se desprende de la teoría aún vigente, sino órganos de sentido; el cartílago, el hueso y la articulación, el músculo son analizadores, son más ni menos que el analizador visual o acústico. En el ejemplo del globo ocular no es tan sólo el receptor retiniano en el que explica la visión sino su compleja función motriz extrínseca e intrínseca., músculos, tendones y cápsulas que son a la vez analizadores propioceptivos cuyas funciones son señaladas en sus partes y conjuntos por cada neurona intercalar del cortex. El reconocimiento de estos hechos es la base de un nuevo concepto avanzado de la actividad sensorial.
Las vísceras poseen numerosos receptores que recogen las excitaciones del medio interno, mecano receptores quimio receptores, o baro-receptores que a través de plexo intramurales envían sus impulsos al analizador central a zonas aún delimitadas desde el punto de vista anatómico pero inobjetables luego del trabajo experimental de los últimos años junto con la representación grandiosa del mundo exterior dice Pavlov hay también una amplia representación grandiosa del mundo interno del organismo, es decir, el estado del trabajo de la masa de órganos y tejidos, la masa de los procesos orgánicos internos.
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