Actualmente los modelos de negocios tradicionales se extinguen de manera rápida, desaparecen oportunidades, pero a la vez surgen oportunidades y nuevas ideas con mayor potencial. Debido a esto; el crecimiento y la rentabilidad de una empresa, depende en gran medida de que sus líderes sean capaces de brindar a su mercado, algo más allá de las formas tradicionales, visualizando una estrategia ganadora y ejecutándola de manera exitosa.
Una estrategia competitiva permite aplicar medidas ofensivas o defensivas para lograr una mayor y mejor posición en el mercado, permitiendo a la vez obtener mayores ganancias.
Utilizar la “diferenciación” como estrategia, hará que el producto o servicio sea percibido como único. El cliente estará dispuesto a pagar un precio más alto con tal de poseer un producto o servicio que sea especial, que lo haga más deseable que la competencia, que destaque por su desempeño, confiabilidad, calidad, servicio, diseño, entre otros.
Es importante identificar las características, atributos y beneficios del producto o servicio que los clientes perciben como los más importantes y que son fundamentales al momento de decidir la compra.
Así mismo es importante un estudio y constante seguimiento de las necesidades y preferencias de los clientes actuales y potenciales. Como resultado natural, la empresa debe satisfacer esas necesidades con un precio superior al normal, gracias a la estrategia planteada y ofrecida al cliente. A pesar de los competidores, la “ventaja diferencial” es la clave.
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