En un mundo empresarial de constantes cambios e inestabilidades necesitamos encontrar un centro que no cambie, que amplie nuestra perspectiva, que nos permita alcanzar nuestro balance.
Hoy en día vivimos en un mundo empresarial huracanado de globalización. La competencia nos exige avanzar más rápido y trabajar más horas cada día, lo que genera desgaste emocional y mental. ¿Qué hacer? Estamos acostumbrados a buscar la paz y la felicidad fuera, en vez de mirar en nuestro interior. La buscamos a través del cumplimiento de metas y retos externos, o del reconocimiento y aceptación de terceras personas. Pero la búsqueda externa nos lleva a un espiral sin fin, en el que queremos siempre más, logrando justamente lo contrario de la paz; estrés e intranquilidad. Tenemos que calmar los vientos de nuestros pensamientos para poder acceder a un tesoro que yace dentro de nosotros.
En el Oriente le llaman meditación, en el Occidente silenciamiento. Lo que buscan estas técnicas es simplemente lograr mantener la mente en blanco. Es decir; sin pensamientos por algunos minutos. Cuando esto se logra nos invade una sensación de paz y felicidad que reconforta y tranquiliza, lo que permite retomar el balance.
Para lograr el silenciamiento existen muchas técnicas, maestros y libros. Los resultados no son inmediatos, de manera que se requiere mucha perseverancia. Existen numerosos estudios científicos que comprueban los efectos de esta técnica milenaria en nuestro cuerpo.
Nuestros sentidos nos iluminan con sensaciones y percepciones que generan pensamientos y que nos impiden ver en nuestro interior. Los pensamientos son los guardianes de una inmensa bóveda de emociones, darles un descanso a estos guardianes cerrando nuestros sentidos. Abramos la bóveda y recarguemos nuestras energías para mejorar nuestra salud con esta inagotable fuente de paz.
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