Al menos una vez por semana, tengo la oportunidad de hablar con alguien que me dice que su compañía produce algo que todo el mundo necesita. Hombres, mujeres, jóvenes, viejos, la edad no importa, cualquiera en el mundo es su cliente ideal.
El hecho aquí, es que están totalmente equivocados. No existe ni una sola cosa que todo el mundo necesite.
Incluso más que equivocados, ellos se están colocando por sí solos en la ruta del fracaso. Convenciéndose a sí mismos que todos necesitan lo que ellos están ofreciendo, terminan consumiéndose, ya que toma significativamente más esfuerzo convertir sus prospectos en clientes. Puede ser tentador observar segmentos grandes de población como un mercado objetivo, pero todo se viene abajo con una sola cosa; CONVERSIONES.
¿Preferirías gastar tu tiempo tratando de convencer a mil personas, que están levemente interesadas en lo que tu ofreces y llegar a convertir a 50 de ellas o, por otro lado, tratar de convencer a 100 personas que están absolutamente apasionadas acerca de tu producto o servicio y convertir a 20 de ellas.
Si te concentras en un prospecto mucho más objetivo, encontrarás los siguiente:
-Tu proceso de venta es más rápido y más fácil. Lo cual implica que puedes invertir más tiempo buscando y encontrando más prospectos con las mismas opiniones.
-Encontrarás más referencias.
-La cantidad de tiempo que inviertes en el manejo de servicio al cliente se reduce, lo cual nuevamente significa que puedes invertir más tiempo buscando personas con prospectos más afines.
Si piensas todavía que puedes convencer a todo el mundo, he aquí un buen dato: El 6% de la población de los Estados Unidos no cree que el hombre haya llegado a la luna, ¡Buena suerte con eso!
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