En un mundo cambiante, donde hay poca visibilidad y hay que tomar decisiones a cada instante, necesitamos tener instrumentos que nos orienten, que nos indiquen el verdadero norte para no equivocarnos. Esos instrumentos son nuestros principios.
¿Cuál cree usted que es la característica más importante que debe tener un líder? Pues es sin lugar a dudas; la Integridad.
Los subordinados depositan en el líder su capital más preciado, su confianza y esperan ser remunerados con pagos de integridad. Pero en la primera oportunidad que el líder no es integro, le retiran su confianza y lo dejan sin poder.
El líder debe hacer explícito lo que es importante para él; debe manifestar cuáles son sus valores y actuar sobre la base de ellos.
Los valores absolutos son inherentes al ser humano; no cambian y son los principios universales. Rigen la interrelación de las personas. Es el caso por ejemplo de la honestidad, el respeto, la justicia y el amor. Los valores relativos varían de persona a persona. Cambian en el tiempo y de acuerdo con la situación. Entre ellos están la eficiencia, la estética, el ahorro y el orden.
Por otro lado vivir basándonos en principios no es fácil. La historia cuenta de muchos líderes que han sufrido para mantenerse íntegros. Los beneficios de vivir basándonos en nuestros principios difícilmente se ven en el corto plazo. Por el contrario; se requiere mucha convicción y coraje para sobrellevar las dificultades que implica permanecer fieles a ellos. Existen también ejemplos de líderes que fueron íntegros con sus valores relativos, pero que hicieron mucho daño, pues no respetaron los principios universales.
Todo lo que hacemos es lo que realmente cuenta y lo que finalmente perciben nuestros subordinados. Hagamos lo que decimos y digamos lo que hacemos. Vivamos sobre la base de nuestros principios. Solo así tendremos el poder para liderar.
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