En toda organización existen intereses contrapuestos que dan lugar a conflictos, existiendo una clara diferencia entre las fuerzas de la organización y el individuo, poderosa la primera y débil el segundo.
Pues bien los trabajadores encontraron que la manera de equilibrar las cosas era a través de su sindicalización y dieron lugar así a una institución que experimento un crecimiento extraordinario en todo el mundo durante el siglo xx.
El sindicato era una organización profesional voluntaria de personas que se dedican a la misma actividad, profesión u oficio, osea que pertenece al mismo gremio con el objetivo de la defensa y promoción de sus intereses profesionales.
El gremio por sus parte es el conjunto de persona que ejerce una misma actividad por lo tanto abarca a todos los de una misma profesión afiliados o no a una asociación profesional.
Una de las actividades claves de la función personal es mantener buenas relaciones laborales con el personal y el sindicato.
Esto a veces se logra con relativa facilidad ya sea por que la empresa tiene en alta consideración los intereses del personal o por que el sindicato no es fuerte o belicoso.
En otros casos en cambio la paz organizacional se ve seriamente comprometida por frecuentes y severos conflictos en estas relaciones.
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