Ana Rumschisky acaba de realizar una investigación para determinar el retorno de la inversión al utilizar rostros conocidos en las campañas publicitarias.
Llego a esta conclusión después de mostrar dos anuncios: uno con un personaje conocido y el otro anuncio con un personaje anónimo, llegando a la conclusión que el público está dispuesto a pagar hasta un 20% más por el mismo producto cuando se trata de un personaje conocido.
Un rostro conocido ayuda a crear y mantener la atención, mejora la transmisión del mensaje, aporta claridad al mensaje y producto publicitado además de un ahorro de tiempo para los anunciantes a la hora de trasmitir dicho mensaje al consumidor.
Existen otras opiniones que cuando los consumidores usan productos vinculados a personajes famosos, éstos obtienen un valor añadido en términos de imaginación, aspiración y entretenimiento y esto podría ser suficiente para inclinar la balanza a favor de una marca ante sus competidores.
El famoso se convierte en un modelo, un referente, en la guía del consumidor, a quien aspira ser y parecerse.
Señalan además que un personaje anónimo puede reflejar ciertas características como género, edad status pero un personaje conocido además de las características mencionadas anteriormente puede reflejar su personalidad.
Enlace: Wharton
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