La disciplina dentro de una organización era entendida como cumplir las reglas del reglamento interno de una organización la cual era ejercida externamente a través de un sistema rígido de vigilancia.
Los objetivos primordiales eran los horarios y las medidas disciplinarias así como la obediencia al superior pero cuando era incumplida se hacía merecedor a una sanción el inconveniente de este sistema era que se dejaba de lado metas más importantes como productividad y la eficacia de la empresa.
Se tenía la idea errónea que mientras más vigilados y más propensos a cumplir órdenes los trabajadores realizarían un mejor trabajo y por ende la organización incrementaría su valor.
Sin embargo no todas las personas reaccionan con buenos ojos a este tipo de control disciplinario por el contrario las empresas que brindan confianza a sus trabajadores y autonomía para tomar decisiones o brindar consejos a sus superiores para mejorar la organización son las que mejores resultados han demostrado.
Pero no podemos dejar de lado a la disciplina y las medidas correctivas siendo la sanción el último recurso y siempre enfatizando la conducta cometida es decir sancionar el comportamiento cometido y no a la persona en general.
Las acciones disciplinarias deben ser preventivas para evitar en el futuro otra conducta similar y progresivas es decir se empieza con una sanción verbal, escrita, suspensión y la medida extrema y que se debe tratar de evitar es el despido.
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