Se utiliza el término adicción al trabajo para referirse a la inclinación y a la compulsión incontrolable necesidad de trabajar de manera incesante.
Sin embargo a diferencia de otras formas de adicción que se consideran reprobables, la adicción al trabajo es valorada, esperada y hasta exigida. Entre los signos de este síndrome están el jactarse por la cantidad de horas trabajadas, la comparación con otras personas sobre la cantidad de trabajo logrado, la incapacidad de rechazar las peticiones de trabajar y la competitividad en términos generales.
Se considera 5 tipos de adictos al trabajo:
Recalcifrante: Tienen cinco características principales: elevadas normas de profesionalismo, vigorosa intolerancia ante la incompetencia, profundo compromiso con las instituciones y organizaciones y un gran talento con capacidades susceptibles de vender.
Conversos: Aquellas persona que han dejado de lado las características anteriores, pero que en ocasiones se comportan como adictos al trabajo por las recompensas económicas o prestigio.
Situacional: Adicción al trabajo no por razones psicológicas ni para lograr prestigio sino por necesidad dentro de la organización.
Seudoadictos: Es posible que en ocasiones algunas personas se comporten como si fueran adictas al trabajo pero que carezcan del compromiso y dedicación de un verdadero adicto recalcitrante.
Adicción al trabajo como evasión: son individuos que permanecen en la oficina simplemente para evitar llegar a casa o participar en relaciones sociales.
También se considera la religión del adicto al trabajo la cual sostiene que a este tipo de personas les preocupa el futuro, con su falta de sentido y esperanza. Los adictos al trabajo suelen ser implacables, carentes de sentido de ironía y humor, así como de capacidad de asombro y temor. Cuando logran hacer a un lado los factores negativos, las personas adictas al trabajo mejoran mucho su calidad de vida.
Deja una respuesta