El sector informal está constituido por empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y normativos que rigen la actividad económica, supone estar al margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar con la protección y los servicios que un estado puede ofrecer.
La informalidad supone una asignación de recursos deficientes que conllevan a la pérdida de las ventajas que ofrece la legalidad como: la protección policial y judicial, el acceso al crédito formal, participación en los mercados internacionales, etc. Por tratar de eludir el control del estado, muchas empresas informales siguen siendo pequeñas con un tamaño inferior al óptimo, utilizan canales irregulares para adquirir y distribuir bienes y servicios, tienen que utilizar recursos constantemente para encubrir sus actividades o sobornar a funcionarios públicos.
Por otra parte, las empresas formales tienen un uso menos intensivo de mano de obra de la que les correspondería tener de acuerdo a la dotación de recursos de un país. El sector informal genera un factor externo negativo, un efecto adverso sobre la eficiencia; las actividades informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin contribuir con los ingresos tributarios necesarios para abastecerla.
La existencia de un sector informal de gran tamaño es motivo de preocupación, ya que implica un menor crecimiento de la productividad, representa un crecimiento económico distorsionado e insuficiente.
Ello no quiere decir que las empresas informales carezcan de dinamismo o que estén rezagadas en relación a las formales.
En realidad, el mecanismo de la formalización es importante por las consecuencias que tiene en el empleo, la eficiencia y el crecimiento económico. Si la formalización se sustenta en hacer que se cumplan las normas, lo más probable es que ello genere desempleo y un bajo crecimiento. Si por el contrario el proceso de formalización se sostiene mediante mejoras del marco legal, la calidad y disponibilidad de los servicios públicos, generará un uso más eficiente de los recursos y un mayor crecimiento.
A los países en los que se controla la informalidad mediante una drástica imposición de normas, les irá menos bien que a aquellos países que tienen un bajo nivel de informalidad debido a que cuentan con normas más suaves y servicios públicos adecuados.
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