Para estimular el deseo de trabajar se requiere:
1. Establecer adecuadas condiciones de trabajo, es decir, brindar los medios necesarios para realizarlo de la manera más eficiente y eliminar aquellos elementos que hagan más fatigosa la tarea.
2. Mejorar continuamente los métodos de trabajo para lograr mayor eficiencia y comodidad. Además de esta forma los trabajadores advierten que la dirección actúa inteligentemente.
3. Impulsar a cada trabajador a desempeñarse como un creador y colaborador inteligente, no como un ejecutor mecánico.
4. Iniciar a cada trabajador correctamente en su labor. Todos hemos vivido la angustia y la desconfianza que origina el primer día de trabajo. Una buena iniciación al comenzar el trabajo es un factor determinante del éxito o fracaso de la adaptación del trabajador al medio laboral.
5. Dar a cada quien trabajos esenciales, necesarios e interesantes, en vez de tareas superfluas, repetitivas o meramente mecánicas.
6. Asignar trabajos lo suficientemente complejos y difíciles como para constituir un reto a la capacidad intelectual del trabajador, que le exija cada vez mayores esfuerzos.
7. Ayudar a los trabajadores a comprender el significado de su labor y proporcionar la formación necesaria para lograr conocimientos cada vez más profundos de su área de trabajo.
8. Aplicar los principios, métodos, sistemas y la política de personal de la empresa, de manera que los trabajadores (empleados, obreros y técnicos) y los ejecutivos tengan motivos poderosos y valederos para desempeñarse con un sentido de cooperación, responsabilidad y eficiencia.
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