Antecedentes Biográficos
Erich Fromm nació en Francfort, Alemania en 1900, siendo hijo único de una familia judía. A la edad de 13 años comenzó a estudiar el Talmud, cultivando un interés en la literatura religiosa y una admiración hacia el místico alemán «Maestro» Juan Eckhart. Estaba muy interesado en la religión y tanto sus primeros escritos como los últimos reflejan esta atracción.
Fromm escribió poco acerca de su infancia. En uno de sus pocos comentarios describió que su vida familiar había sido tensa ya que sus padres eran neuróticos. Fromm tenía 14 años de edad cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Estaba impresionado por la irracionalidad de la conducta humana. Para 1919 había identificado su actitud política como socialista y comenzó a realizar estudios formales en sociología y psicología en la Universidad de Heidelberg. Recibió su título de Doctor en Filosofía en 1922.
Erich Fromm fue entrenado en el análisis en Munich y en el Instituto de Berlín. Fue uno de los primeros analistas legos, es decir, no tenía entrenamiento médico formal. El intelecto vasto de Fromm sobre las ciencias sociales y la filosofía habrían de enriquecer su entendimiento de la teoría psicoanalítica y sus aplicaciones. Al mismo tiempo, estos intereses al final lo condujeron a su separación del psicoanálisis ortodoxo y a su crítica de Freud por su negativa a reconocer la importancia de las fuerzas sociales y económicas.
Eü 1933 llegó a los Estados Unidos. Contribuyó en la fundación del Instituto William Alanson White para la psiquiatría, el psicoanálisis y la psicología; y fue administrador y profesor por muchos años. Impartió enseñanza en universidades y escuelas de investigación social y mantuvo una práctica privada activa. En 1949 fue nombrado profesor de psiquiatría en la Universidad Nacional de México. Después de su retiro en 1965 continuó con actividades de enseñanza y asesoría. Se mudó en 1976 a Suiza donde murió de un ataque cardiaco en 1980 a los 80 años de edad.
Su obra teórica surgió en el periodo de entre guerras, cuando observó las contradicciones políticas y su hipocresía destructiva. La realidad social, política y económica era un caos y esto en gran parte influyó en la formación de sus ideas. Entre sus publicaciones, habría que señalar: El miedo a la libertad ( 1941), El hombre para sí mismo (1947), El lenguaje olvidado (1951), La sociedad sana (1955), El arte de amar (1956), La misión de Sigmund Freud (1956), Más allá de las cadenas de la ilusión (1962), ¿Tener o ser? (1976) o La anatomía de la destructividad humana (1973).
Demostró como en lo social, en lo económico y en lo político, la organización de Alemania antes de la guerra estuvo relacionada con el fortalecimiento de un carácter autoritario; también describió la relación entre el desarrollo del carácter mercadotécnico y la sociedad capitalista contemporánea.
Condiciones y necesidades humanas básicas
Erich Fromm comenzó con la tesis de que la libertad es una condición humana básica que plantea un «problema psicológico». Conforme la raza humana ha obtenido más libertad la trascender a la naturaleza y a otros animales, las personas se han caracterizado por sentimientos de separación y aislamiento. Por tanto un tema importante en los escritos de Fromm es el concepto de soledad, que representa una condición humana básica y esta característica es la que separa de manera tradicional a la naturaleza humana de la animal. A diferencia de otros animales, nosotros sabemos que vamos a morir. Este conocimiento conduce a un sentimiento de desesperación.
En respuesta a la condición básica de la libertad, los seres humanos tienen dos formas de resolver el problema: pueden trabajar juntos para crear una sociedad que satisfaga las necesidades o pueden escapar de la carga de la libertad hacia la dependencia y sumisión.
Este último escape puede aliviar los sentimientos de aislamiento pero no satisface las necesidades de la humanidad ni conduce a un desarrollo óptimo de la personalidad.
Mecanismos de Escape
Fromm identificó tres mecanismos de escape de la libertad:
1. Autoritarismo: en su forma masoquista, los individuos que se sienten inferiores o impotentes permiten que otros los dominen.
En su forma sádica, las personas buscan dominar y controlar la conducta de los demás. La persona puede buscar una solución por medio de la simbiosis, la unión del propio yo con otro o con un poder externo.
2. Destructividad: busca resolver el problema de la libertad no por unión simbiótica, sino por la eliminación de los demás y/o del mundo externo. «la destrucción del mundo es el intento último para salvarme a mí mismo de ser aplastado por él».
3. Conformismo Autómata: se traduce en dejar de ser uno mismo y adoptar en tipo de personalidad propuesta por la cultura, como el camaleón que cambia su color para igualar el de su alrededor. Tales individuos experimentan la pérdida del yo.
Dicotomías Existenciales e Históricas
Fromm planteó diversas dicotomías existenciales que surgen tan sólo del hecho de que las personas existen (la soledad es una de ellas).
Una dicotomía existencial es un problema que no tiene solución debido a que ninguna de las alternativas que presenta es satisfactoria por completo. Las dicotomías históricas son problemas que surgen de nuestra historia debido a las diversas sociedades y culturas que hemos formado.
Son creadas por personas y por tanto no son ineludibles como lo son las dicotomías existenciales. Juntas crean nuestras limitaciones y potencialidades.
El interés de Fromm por las dicotomías existenciales lo llevaron a enfocarse en las orientaciones de «tener» y «ser» hacia la vida. Declaró que estos dos modos de existencia son competidores para el espíritu de la humanidad.
El modo de tener se basa en las posesiones que tiene un apersona, es la fuente del ansia de poder y conduce al aislamiento y al temor. El modo de ser depende tan sólo del hecho de la existencia, es la fuente del amor productivo y la actividad y conduce a la solidaridad y a la alegría. Las personas cuyo ser depende sólo del hecho de que son responden de manera espontánea y productiva y tienen el valor de dejarlo ir a fin de dar nacimiento a nuevas ideas.
Fromm creía que todos son capaces de los modos de tener y de ser, pero que la sociedad determina cuál de los modos prevalecerá.
Necesidades Básicas.
Las dicotomías existenciales que caracterizan a la condición humana dan surgimiento a cinco necesidades básicas.
1. Relación: podemos buscar relaciones con los demás por sumisión o dominación, pero esto al final prueba ser derrotista. Solo el amor productivo impide el autoaislamiento.
2. Trascendencia: los seres humanos necesitan elevarse por encima del carácter animal accidental y pasivo de su existencia volviéndose creadores activos.
3. Arraigo: se refiere a la necesidad de sentir que pertenecemos y estamos vinculados naturalmente con el mundo.
4. Sentido De Identidad: los seres humanos necesitan percatarse de sí mismos como individuos únicos. La falta de desarrollo de un sentido de identidad nos conduce a desarrollar un sentido de identificación por medio de un conformismo con un grupo o conjunto.
5. Estructura Que Oriente y Vincule: Cada uno de nosotros necesita un marco de referencia estable y consistente con el que podemos organizar nuestras percepciones y dar sentido a nuestro ambiente.
Orientaciones del carácter y Relaciones de Amor
Frorrun piensa que existe una relación íntima entre la naturaleza de la sociedad y la naturaleza de los tipos de caracteres que predominan en ella.. Una sociedad requiere del predominio de seres humanos cuyas estructuras de carácter correspondan a sus instituciones. Fromm liga la típica personalidad de una cultura y el carácter social con el objeto de las necesidades sociales enfrentadas por la sociedad. Hizo aplicaciones de esta teoría en algunos países como Alemania, Estados Unidos y México. Fromm no aprueba del todo las adaptaciones particulares y los caracteres sociales en particular. Señala que la formación de cualquier carácter social mata la espontaneidad individual y restringe severamente las oportunidades para la autorrealización.
El autor considera que mediante el uso de los conocimientos obtenidos en el campo del psicoanálisis, la economía, la sociología, la política y la ética, el hombre puede ser consiente de los efectos dañinos de su sociedad. Plantea una alternativa en relación con los efectos disruptivos hacia el individuo y su sociedad que traen consigo el desarrollo capitalista y tecnológico.
En 1941, Fromm realizó una aportación clarificadora respecto de las diferencias entre la personalidad individual y lo que él denominó «carácter social», que en su opinión, interioriza las necesidades externas con el fin de canalizar la energía humana para la tarea de un determinado sistema económico y social. Son las cualidades que son compartidas con frecuencia por las personas de una cultura particular.
El carácter de una persona es determinado en gran medida por la cultura y sus objetivos; a diferencia del carácter individual que es diferente en cada uno de los individuos pertenecientes a la misma cultura. Fromm destaca el papel de la educación en la formación de los rasgos de la personalidad. Un elemento del proceso educacional es la familia, que transmite e inculca al niño lo que Fromm denomina «el espíritu de la sociedad», en consecuencia la familia puede considerarse el intermediario psicológico de la sociedad.
No se puede entender la génesis de carácter social en referencia a una sola causa aislada, sino en referencia a la interacción de factores sociológicos e ideológicos.
Fromm identificó 5 tipos de carácter que son comunes en las sociedades occidentales:
1. Orientación receptiva: la persona receptiva cree que la fuente de todas las cosas buenas está fuera de ellas, por consiguiente piensa que la única forma de obtener algo que desea es recibirlo de una fuente externa.
2. Orientación exploradora: al igual que las anteriores piensan que la fuente de todas las cosas buenas está afuera, pero no esperan recibir nada bueno de los demás, por consiguiente, toman las cosas que desean por la fuerza o con astucia.
3. Orientación acumulativa: las personas acumulativas están convencidas de que nada nuevo significativo está disponible de los demás, por consiguiente buscan acumular y ahorrar lo que ya tienen y son miserables en sus relaciones con los demás.
4. Orientación mercantilista: las personalidades mercantilistas se experimentan a sí mismas como mercancías en el aparador. Pueden ser descritas como camaleones oportunistas.
5. Orientación productiva: estos individuos se valoran a sí mismos y a los demás, usan la ética humanística en lugar de la autoritaria,
También distinguió entre la orientación de carácter biófilo que busca vivir la vida y es sinónimo de la orientación productiva; y el carácter necrófilo cual es atraído por la destrucción de la vida y surge cuando las fuerzas vitales son frustradas. Un ejemplo clásico del carácter necrófilo es Adolfo Hitler, quien estaba fascinado y obsesionado con la muerte y la destrucción. En el estudio de caso descriptivo de Fromm, Hitler surge como una personalidad narcisista y retraída que, debido a que no podía cambiar la realidad, la falsificaba y negaba y se empeñaba en la fantasía. La frialdad, apatía y satisfacción inmoderada de los deseos de Hitler conducen a fracasos tempranos en la vida y humillaciones que dieron corno resultado un deseo de destruir. Este deseo puede no ser reconocido; en su lugar, fue negado y racionalizado como maniobras defensivas y acciones emprendidas a nombre del surgimiento glorioso de la nación alemana. Lo que es único no es la personalidad de Hitler, sino la situación sociopolítica e histórica que permitió a un Hitler ascender a una posición de gran poder.
Relaciones padre-hijo
Las diversas orientaciones de carácter surgen, en parte, debido a la relación de amor particular que un niño ha experimentado con los cuidadores primarios. Conforme crecen los niños, se vuelven cada vez más independientes1 repitiendo por tanto el patrón de desarrollo de la especie.
Fromm describió tres clases básicas de relaciones padre-hijo:
• Relaciones simbióticas: En ellas dos personas están relacionadas de tal manera que una de las partes pierde o no alcanza nunca su independencia. Una persona es absorbida por la otra, la forma masoquista de la relación simbiótica. Una persona puede absorber a la otra, la forma sádica.
• Relación de retraimiento-destructividad: Se caracteriza por distancia en lugar de cercanía. Es de apatía y retraimiento e expresiones directas de hostilidad y agresión.
• Relación productiva: El amor es la relación productiva con los demás y el yo. Está marcada por el respeto mutuo y el fomento de la independencia para cada una de las partes.
Amor a sí mismo
Fromm distinguió entre varios tipos de amor, tales como el fraternal, maternal, erótico, a Dios y a uno mismo. De particular interés son sus comentarios sobre el amor a sí mismo, al cual percibía como un prerrequisi to para amar a los demás. Es importante que se distinga entre el concepto de amor a sí mismo y la afirmación de Fromm, y el de la satisfacción exagerada de los deseos narcisistas que excluyen en amor a los demás. Insistió en que la capacidad para amar requiere vencer el narcisismo.
Se debe luchar para percibir a las demás personas y las cosas de manera objetiva y reconocer aquellas épocas en que estábamos limitados por nuestros sentimientos subjetivos.
Análisis de la cultura y la sociedad
Fromm enfatizó el papel que desempeña la sociedad en la estructuración, moldeamiento y limitación de la personalidad. Aunque si bien no incluyó que la personalidad es moldeada por completo por la sociedad, creía que los obstáculos para la maduración eran impuestos por ésta más que por la naturaleza humana misma. De igual modo, hace hincapié en la importancia, para el desarrollo de la personalidad, del calor y la motivación en la niñez temprana. Cuenta más en la niñez para el desarrollo de la personalidad que el aspecto natural de la rutina acostumbrada.
En vista de que los seres humanos crean las sociedades en las que viven, pudo imaginar la creación de una sociedad utópica, la cual denominó «socialismo comunitario humanístico» que podría satisfacer de modo más adecuado las necesidades humanas, permitiendo, realizar las potencialidades de las personas. Era optimista acerca de la posibilidad de crear una sociedad en la que los individuos se relacionaran entre sí en forma amorosa, trascendiendo a la naturaleza de modo creativo.
Los seres humanos están predispuestos a desarrollar alguna forma de organización social. Creamos una sociedad a fin de satisfacer nuestras necesidades, pero ésta a su vez estructura y limita la forma en que nuestras necesidades pueden ser satisfechas. Además, para que una sociedad particular funcione de manera adecuada, es en absoluto necesario que las personas que están dentro de ésta sean moldeadas para satisfacer las demandas de la sociedad. De otra manera, ese sistema de sociedad no puede ser mantenido. No obstante, si una sociedad particular hace demandas que son contrarias a la naturaleza de sus miembros, esa sociedad deforma y frustra su potencial humano. De hecho, Fromm creía que ninguna sociedad ya desarrollada ha sido capaz de satisfacer todas las necesidades humanas básicas de manera constructiva. Delineó en forma específica cómo el capitalismo y el comunismo habían fracasado en sus esfuerzos por satisfacer de manera productiva las necesidades humanas básicas.
Aunque Fromm no incluyó que la personalidad es moldeada por completo por la sociedad, creía que los obstáculos para la maduración eran impuestos por ésta más que por la naturaleza humana misma. En vista de que los seres humanos crean las sociedades en las que viven, Fromm pudo imaginar la creación de una sociedad utópica, la cual denominó socialismo comunitario humanístico, que satisfaría de modo más adecuado las necesidades humanas y permitiría realizar las potencialidades de las personas. Era optimista acerca de la posibilidad de crear una sociedad en la que los individuos se relacionarían entre sí en forma amorosa, trascenderían a la naturaleza de modo creativo y responderían de manera productiva. Cada individuo se experimentaría a sí mismo corno la fuente de poder y se relacionaría en forma realista con el mundo. Tornar en serio la discusión sobre el amor hecha por Fromm e intentar aplicarla en nuestra sociedad requeriría cambios bastante drásticos en nuestras relaciones sociales.
Hace tres siglos y medio, nos recuerda Fromm, desarrollamos una ciencia nueva que atrajo a las mentes más brillantes y condujo a una sociedad muy técnica que antes sólo se había soñado. Lo que necesitamos ahora es una ciencia social nueva. El objetivo esta vez «no es el control de la naturaleza sino el control sobre la técnica y sobre las fuerzas e instituciones sociales irracionales que amenazan la supervivencia de la sociedad occidental, si no es que de la raza humana». Fromm creía en la existencia de una naturaleza humana común que trasciende la raza o el color y que explica cómo las personas pueden entender a culturas distantes, su arte, mitos y dramas. En su último escrito, Fromm estaba desilusionado por nuestro fracaso en lograr algunos de sus objetivos, pero permaneció optimista creyendo que mientras existiera vida habría esperanza.
Referencia Bibliográfica
Luza, R., (2005), Psicología de la Personalidad, Arequipa, Perú
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