En psicología, el principio de la escasez describe el impulso de compra de una persona porque siente que debe asegurar su futuro. Parte de este impulso proviene de la necesidad de garantizar la sobrevivencia, en este caso por medio de productos vitales.
También las personas tenemos a valorar cosas raras o que son difíciles de obtener, por una necesidad de tener todo el control. Con la obtención de un bien escaso las personas tienden a demostrar su capacidad de controlar el medio ambiente. Tiene que ver con la autoestima, pero también con la necesidad de mantenerse al día.
Algunos negocios controlan la cantidad de productos disponibles, aunque esto no significa necesariamente un mayor valor o mayor volumen de ventas. Los comerciantes saben esto y limitan el número y tipo de artículos a la venta en un momento dado.
Porque tendemos a compararnos con los demás, muchas veces queremos lo que otros tienen o tener algo aún mejor. Muchas compañías buscan explotar este deseo, que entra dentro del ámbito del principio de la escasez, al asociar sus productos con el estatus social reservado para unos pocos.
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