Al momento de firmar un contrato de trabajo para alguna empresa en realidad estamos firmando dos: el contrato habitual en una hoja de papel que fija los horarios, salario y labores a realizar y por otra parte tenemos el contrato psicológico.
El contrato psicológico es una expectativa de lo que podría realizar y ganar tanto el individuo como la organización en este acuerdo que está por iniciar.
Tal vez te haya ocurrido que cuando recién ingresas a una compañía de prestigio tienes en mente el salario que ganaras, oportunidad de desarrollo, oportunidad para tomar decisiones, el lugar de trabajo, tus nuevos compañeros de trabajo, tu nuevo jefe, las reuniones de trabajo y hasta las salidas los fines de semana.
Esta de mas decir que mientras la compañía ofrezca mejores beneficios nuestras expectativas se incrementaran y por el contrario si la compañía ofrece pocos beneficios o incluso tomamos el trabajo solo por la necesidad del dinero nuestras expectativas decaerán.
Por otro lado la empresa también tienen expectativas respecto al nuevo individuo como su: compromiso con la empresa, desarrollar los objetivos de la empresa, trabajo en equipo, metas, aprendizaje, ética, habilidades y competencia.
El contrato psicológico se refiere a las expectativas reciprocas del individuo y la organización que se extienden mucho mas allá de los puntos fijados en el papel aunque no es expresado claramente es un compromiso entre el individuo y la organización respecto a derechos y obligaciones que serán respetados y observados por ambas partes en la práctica.
Por ejemplo en un contrato no está fijado que debemos ayudar a desarrollar las metas de la empresa ni que la empresa debe brindar un lugar de trabajo adecuado para cada trabajador pero esos puntos se sobre entienden al ingresar a una nueva compañía como al recibir a un nuevo empleado.
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