Contratar a un profesional independiente requiere también de un proceso de evaluación, como se haría con otro trabajador. Claro que las políticas no serán las mismas, empezando por el hecho que no se pagarán los mismos beneficios. Además en un trabajador freelance no se consideran otros gastos generales como máquinas, computadoras, fax, internet. Tampoco es necesario que este en la misma ciudad o estado.
Para contratar a un profesional independiente se debe echar un vistazo a su trabajos y analizar si su estilo de trabajo está en la línea de sus propias metas. En cuanto a la forma de pago se debe tener en cuenta que un freelance de mayor experiencia cobrará precios más caros, pero también se debe considerar el talento. La poca experiencia no es motivo para prescindir de un buen trabajador, esto también es válido para los independientes.
También se debe examinar que funciones va a desempeñar el freelance. La mayoría de estos trabajadores se desempeña en publicidad, como redactores o diseñadores gráficos. Por ejemplo es impensable que un supervisor trabaje como freelance.
Finalmente un aspecto importante es que se deben acordar bien las condiciones de trabajo, las cuales no deben trastocarse con el tiempo. Muchas empresas fallan al exigir al trabajador freelance las mismas condiciones de trabajo que un empleado normal, incluso llegando a exigir horarios de entrada, pero las cosas no funciona así. Un gerente que va a contratar los servicios de un trabajador independiente debe trabajar en base a cumplimiento de objetivos.
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