La arquitectura bioclimática se refiere a la utilización de energía solar térmica en los edificios, división hecha en edificaciónes en base a la temperatura de trabajo del fluido captador de la radiación solar, considerando baja temperatura al valor entre la temperatura ambiente del lugar y los 80°C.
Hay dos distinciones de energía solar; La activa en la que el fluido de trabajo es conducido mediante sistemas mecánicos, y la pasiva; que son los procesos que se dan de forma natural.
La energía solar pasiva se ha venido aplicando casi con exclusividad en la edificación.
El principio de la arquitectura bioclimática es construir con el clima, hacer de la arquitectura el elemento intermedio entre el clima exterior y confort interior. Entonces tiene la función de crear espacios que cumplan con la finalidad funcional y expresiva, concebidos ecológicamente en los objetivos siguientes:
Crear espacios física y psicológicamente confortables para propiciar el óptimo desarrollo de las actividades humanas.
Hacer un uso eficaz de la energía, tendiendo a la autosuficiencia energética de las edificaciones.
Preservar u mejorar el medio ambiente. En resumen, se debe integral al hombre a su ambiente natural por medio de la arquitectura.
Uno de los puntos importantes de este diseño es el manejo adecuado de la energía solar y de los materiales y sistemas constructivos, como elementos básicos de la climatización natural.
De hecho, la experiencia de este campo es muy basta, pues desde hace mucho tiempo, civilizaciones antiguas utilizaban la geometría solar y las propiedades termo físicas de los materiales constructivos, a fin de lograr condiciones ambientales adecuadas en sus habitaciones.
Por el contrario, la arquitectura contemporánea parece olvidar su relación con el ambiente natural y sacrifica el bienestar de los usuarios a cambio de una experiencia formal mal entendida que obedece a modas transitorias, importadas irracionalmente de un medio distinto de aquel donde se halla el sitio del proyecto. Incluso en muchas regiones, la transculturización ha deformado los conceptos constructivos tradicionales a tal grado que sistemas y materiales regionales, son abandonados y sustituidos por otros, industrializados e importados, que ofrecen mayor estatus aparente, pero que en realidad desintegran a la vivienda de su medio natural.
Es importante que las empresas constructoras tengan en cuenta estas consideraciones, priorizando el concepto de “El Lugar” al momento de la construcción. Los bajos costos y él bienestar ecológico dependen de la utilización de estos materiales.
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