Antecedentes Biográficos
Psiconalista austríaco radicado en EEUU (1913-1981), autor de una Psicología del Self mediante la cual plantea un desarrollo del narcisismo normal, un trastorno narcisista de la personalidad, y, para la práctica analítica, la importancia de la empatía, la introspección y el establecimiento de tipos especiales de transferencia. Kohut nació el 3 de mayo de 1913 en las afueras de Viena, como hijo único de un concertista de piano y una madre ama de casa. Considerado un niño precoz, un tutor le enseñó teatro, latín, griego y arte, siendo la música una de sus pasiones.
En Viena estudió la carrera de Medicina. En 1938 viaja a Londres y luego emigra a EEUU con 25 dólares en el bolsillo, donde se radica en Chicago, comenzando allí su especialización en neurología. Retoma su análisis con Ruth Eissier, que había comenzado en Viena con un amigo de S. Freud, y en 1944 termina su formación en el Instituto Psicoanalítico de Chicago.
Recibe al comienzo la influencia de la psicología del yo, pero luego va formulando su propia teoría, que formaliza corno «Psicología del self». Sus divergencias se manifiestan en 1959, cuando presenta un trabajo donde rescata los instrumentos fundamentales de la práctica analítica: la empatía y la introspección. En la clínica, identificó una perturbación caracterológica no descripta hasta entonces, que llamó Trastorno Narcisista de la Personalidad. Entre sus diferencias con la neurosis, se contaba el tipo je transferencia que los pacientes establecían, que denominó transferencia narcisista. Esto le hizo pensar que el narcisismo no era una etapa de la libido reemplazada luego por el amor objetal, sino que coexistía con esta última siguiendo un desarrollo paralelo e independiente de la libido objetal. Así como el resultado del desarrollo pulsional es la estructura ello-yo-superyó, el desarrollo del narcisismo es el self, para lo cual el niño utiliza ciertos objetos del ambiente, los ‘objetos del self (el objeto del self grandioso y el objeto de la imago parental idealizada). En 1960 se casa con Betty
Meyer, y tuvo un solo hijo. En 1966 concurre a un Congreso psicoanal-ítico en Buenos Aires, donde comenta sus primeras ideas. En 1971 publica «Análisis del self, donde habla de la necesidad de un tratamiento basado en la interpretación y elaboración de transferencias narcisistas, camino necesario para el fortalecimiento del self.
En «La restauración del sí-mismo», se aparta manifiestamente de Freud, al sostener que las patologías narcisistas no pueden ser tratadas poniendo énfasis en el conflicto neurótico. Explica que, como consecuencia de las respuestas empáticas perturbadas de los objetos del self el sí mismo está debilitado y propenso a la fragmentación, lo que requiere :entonces trabajar empáticamente como paciente para favorecer y luego elaborar las transferencias de los objetos del self arcaico, cuya función fue insuficiente.
En textos posteriores sugiere que tanto el complejo de Edipo como la angustia de castración serían el resultado de relaciones poco satisfactorias con los objetos del self infantiles, y a partir de allí cuestiona la importancia del análisis del complejo de Edipo y la angustia de castración en la cura. Kohut presidió la Asociación Psicoanalítica Americana hasta su muerte, ocurrida en Chicago el 8 de octubre de 1981.
HEINZ KOHUT
Heinz Kohut desarrolló una nueva dimensión en el psicoanálisis a la que llamó la leona del yo. Ampliamente las observaciones de Margaret Mahler sobre los comienzos de la individualidad y la importancia de la relación madre-hijo, Kohut se concentró en el narcisismo y los trastornos de carácter narcisista que ocurren cuando un individuo no desarrolla un sentido independiente del yo. Asumió una línea de desarrollo narcisista distinta y anterior al desarrollo del yo y al psicosexual.
El término narcisismo proviene del mito griego antiguo de Narciso, quien «sin querer» se enamoró de su propio reflejo en un estanque de agua. Le habló y la pasión que lo abrasaba lo consumía así mismo.
La personalidad narcisista se caracteriza por un sentido exagerado de vanidad y de involucramiento consigo mismo, conductas que ocultan un sentimiento frágil de valía de sí mismo. Freud creía que los trastornos narcisista y limítrofe no podían ser tratados con psicoanálisis debido a que se originaban antes de que el paciente fuera capaz de hablar y, por tanto, no eran susceptibles de análisis verbal. Debido a que la libido es extraída de los objetos externos, la resistencia es insuperable y es difícil de cultivar una transferencia. Sin embargo, las perturbaciones en las relaciones familiares y en la sociedad han conducido a un aumento en estos trastornos y a más esfuerzos para tratarlos en forma psicoanalítica. Kohut y otros (tales como Giovacchini, Kernberg y Spotnitz) han expandido el repertorio psicoanalítico para incluir técnicas diseñadas para trabajar a través de transferencias y resistencias que se derivan de fases de desarrollo pre edípicas.
Kohut concibió los sentimientos narcisistas no como cualidades de una cierta etapa de desarrollo, sino como un aspecto de la personalidad que se desenvuelve de manera gradual, permea todo el ciclo de vida y conduce a un sentido distorsionado del yo. Creía que los trastornos del yo surgen por una falla en la empatía con el padre. Los niños necesitan una respuesta adecuada a sus necesidades infantiles. Para ser específicos, necesitan ser reflejados hacer que su forma de hablar y sus logros sean reconocidos, aceptados y elogiados. Los niños pequeños creen que son omnipotentes y también idealizan a sus padres. Esta idealización les permite desarrollar objetivos. A su debido tiempo, la mayoría de los niños aprenden que sus nociones idealizadas son incorrectas y las sustituyen por una evaluación más realista de sí mismos y de sus padres. En parte, este aprendizaje depende de que los padres respondan de manera positiva a las características únicas, admirables y dignas de elogio de sus hijos. Si los padres no responden en formas apropiadas, los niños pueden ser incapaces de desarrollar un buen sentido de valía de sí mismos y pasar el resto de sus vidas buscando sin éxito dicha aceptación. En resumen, los individuos narcisistas están buscando un sustituto para el padre idealizado que puede nunca ser encontrado.
Con un yo bien desarrollado, el individuo se percata de quién es y esa conciencia da significado y propósito a su conducta. En el desarrolloideal, el yo nuclear y en el segundo año de vida. Kohut creía que el yo nuclear es bipolar. Los dos polos, ambiciones nucleares arcaicas y objetivos subsecuentes, crean un arco de tensión que fomenta el desarrollo de habilidades y talentos anteriores. El yo autónomo ideal tiene cualidades de autoestima y seguridad en sí mismo, establece ambición general y objetivos precisos y desarrolla talentos y habilidades a fin de satisfacerlos. Además, el yo autónomo muestra una falta de dependencia hacia otras personas.
Kohut creía que los trastornos narcisistas se caracterizan por una autoabsorcion recurrente, una autoestima baja, padecimientos físicos insignificantes y una sensación crónica de vacuidad. Declaró que el psicoanálisis no puede ser útil a menos que el terapeuta trate primero el trastorno narcisista. Al sugerir que los terapeutas se imaginen «dentro de la piel de su cliente», Kohut creía que los terapeutas pueden cultivar en el paciente sentimientos acerca de ser entendido y apreciado de modo que la maduración detenida del yo del paciente pueda comenzar de nuevo. Por tanto, Kohut enfatizó la empatía y la introspección sobre la combinación psicoanalítica convencional de la asociación libre y la atención suspendida de manera uniforme. En el curso del tratamiento, Kohut descubrió que los pacientes narcisistas desarrollan transferencias idealizadoras o reflejantes con sus analistas les cuales manifiestan sus atribuladas relaciones padre-hijo anteriores. La terapia les permite volver a trabajar_ a través de estas relaciones para una resolución mejor.
Kohut nos recuerda que la «presencia de un yo firme es una precondición para la experiencia del complejo de Edipo». Kohut encontró que al final de sus análisis algunos de sus pacientes que tenían trastornos primarios del yo adquirían una constelación edípica . “Él consideraba esto un resultado positivo de las consolidaciones del yo que el paciente nunca había logrado antes». Más aún, este desarrollo era asociado con emociones positivas que llevaron a Kohut a creer que cuando los niños se desarrollan en forma normal el complejo de Edipo puede ser una experiencia «gozosa». Un complejo de Edipo que está lleno de conflicto puede ser una señal de que los padres narcisistas han sido incapaces de responder con empatía a su hijo en edad preescolar y a su vez puede conducirlo a una vida de fantasía. Kohut señalé que la necesidad de los niños de tener padres afectuosos y cuidadosos apenas ha recibido en la actualidad una atención genuina de parte de los psicoanalistas, aunque fue considerado importante mucho antes por los neofreudianos y los humanistas. Watson, Uttie y Biderman encontraron correlaciones entre los estímulos de paternidad propuestos por Baumrind y la teoría de Kohut la cual sugieren que un estilo de paternidad autorizada (en lugar de uno permisivo o autoritario) tiene menor probabilidad de fomentar una desadaptación narcisista.
Kohut señaló que algunas partes de la teoría de Freud están “ligadas a la época» mientras que otras tienen una «validez más perdurable». Eagle (1984) sugirió que «si, como Kohut argumenta, las formas de patología están cambiando más en las direcciones de los trastornos narcisistas; y si es cierto que la psicología del yo es apropiada en forma única para estos fenómenos; y si… la teoría tradicional del conflicto intrapsíquico es inapropiada para estos casos, resulta que… la validez y aplicabilidad de la teoría psicoanalítica tradicional (y podría agregarse la teoría psicoanalítica contemporánea) están ligados a la cultura y a la era en lugar de ser … eternas y universales». Más aún, el aumento en los trastornos del yo puede deberse a fuerzas culturales tales como una ausencia de creencias y valores estables y una actitud de cinismo que afecta en forma negativa a los adolescentes y adultos jóvenes.
La teoría del yo desarrollada por Kohut ha dado como resultado algunas reinterpretaciones fructíferas sobre los estudios de caso clásicos de Freud y ha ayudado a revitalizar la teoría psicoanalítica.
Referencia Bibliográfica
Luza, R., (2005), Psicología de la Personalidad, Arequipa, Perú
Deja una respuesta