Una empresa es exitosa y se destaca cuando todos sus miembros se solidarizan alrededor de una estrategia. Para ello es importante vencer las barreras que obstaculizan la ejecución la misma, llamando a la acción, actitudes y comportamientos de las personas que componen la organización, generando confianza y compromiso que motive a la gente a ejecutar la estrategia con verdadero espíritu participativo, colaborador y voluntario.
Para ello las bases del éxito de una estrategia son:
La participación; involucrar a las personas en las decisiones, solicitándoles sus ideas y permitiéndoles refutar los méritos de las mismas y de los demás. De esta forma se comunica respeto por la persona y sus ideas, dando lugar a mejores decisiones y a un mayor compromiso de todos los involucrados.
La explicación; todas las personas involucradas deben comprender la razón por la que se toman las decisiones estratégicas definitivas. Cuando se explica el razonamiento sobre el que se basan las decisiones, las personas se quedan tranquilas al saber que se han tenido en cuenta sus opiniones, generando un clima de confianza.
Claridad respecto a las expectativas; una vez establecida la estrategia se deben comunicar claramente las reglas del juego. El personal debe saber cuáles son las metas de la nueva estrategia, los objetivos y las responsabilidades de cada uno, especialmente porque cuando las personas comprenden con claridad lo que se espera de ellas, se minimizan los favoritismos, abriendo camino a que puedan concentrar sus esfuerzos en ejecutar la estrategia de manera más eficaz.
Las personas desean que se les reconozca su valor, no como recursos sino como seres humanos merecedores de un trato justo y digno, apreciados como individuos valiosos, independientemente de su posición jerárquica.
El compromiso, la confianza y la cooperación voluntaria son un capital intangible. Cuando hay confianza, las personas confían más en las intenciones y las acciones de los demás.
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