Hoy en día, los progresos en las tecnologías de la información de los equipos, aplicaciones informáticas y las telecomunicaciones, están teniendo un gran efecto. Estamos en un nuevo tipo de sociedad llamada Sociedad de la información o de Conocimiento.
Las tecnologías están mucho más presentes en las grandes empresas que en las medianas y pequeñas; esto se debe principalmente a la dimensión de la empresa y como consecuencia, a su capacidad de inversión y gestión, aunque poco a poco esta diferencia se va acortando, ya que muchas PYME están empezando a ser conscientes de que el uso de la tecnología es una cuestión clave para su expansión y supervivencia.
Es importante que las pequeñas empresas se adapten a las nuevas tecnologías y las incorporen en su metodología y modelo de negocio, porque de esta manera conseguirán romper las barreras geográficas y de volumen.
En los últimos años, la explosión de la Sociedad de la Información y las mejoras en las comunicaciones ha dado lugar al desarrollo de aplicaciones y herramientas que permiten evolucionar y sacar el máximo provecho de los procesos de negocio tradicionales, facilitando así, un aumento de la productividad y una sustancial mejora en la relación y conocimiento de los clientes. Sin embargo, la experiencia adquirida en los últimos han demostrado que la tecnología en sí no es una solución para las empresas, sino que su valor está en que facilita la mejora y optimización de sus procesos de negocio.
Todas las soluciones tecnológicas se implantan primero en las grandes empresas, con mayor capacidad de inversión y recursos, y una vez ajustadas al mercado y comprobados los beneficios que aportan, comienzan a introducirse gradualmente en las PYMES.
No hay que bloquearse ante nuevas opciones de trabajo y accesibilidad, hay que adaptarse y adaptar nuestro negocio con perspectiva, estar preparados ante un nuevo mercado.
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