¿Recuerdas cuando eras niño? La vida parecía mucho más fácil y divertida. En aquel entonces, no tenías que preocuparte por una hipoteca, la economía o por un jefe difícil. A medida que creciste y tuviste que enfrentar el mundo real, comenzaste a mirar las cosas con una perspectiva más pragmática. Si bien algunos beneficios obvios surgieron, también surgieron limitaciones.
Pero si empezáramos a pensar como los niños con más frecuencia, podríamos llegar a ser mucho más eficaces y lograr mucho más de lo que imaginamos. En caso de que necesites refrescar tu mente, aquí está la manera de empezar a pensar como un niño otra vez:
1. Emociónate
Cuando un niño le da a su papá una tarjeta por Día del Padre, cree con absoluta certeza que es la mejor tarjeta de Día del Padre del mundo. El hecho de que el niño esté rebosante de emoción y orgullo cuando entrega su obra de arte, se suma al impacto.
Si no estás entusiasmado con tu propio producto o servicio, ¿por qué deberían estarlo los otros?
2. Piensa en grande
Cuando eras niño, no querías construir cualquier fuerte, lo que querías era construir un complejo gigante en expansión, con camuflaje, secretos pasadizos subterráneos, e incluso con un periscopio. Nunca te sentiste desanimado por la magnitud de tus planes, por el contrario, éstos te motivaban. Mientras éramos niños, la mayoría de nuestros sueños fueron considerados poco realistas por parte de adultos. El asunto, es que se toma casi la misma cantidad de esfuerzo para producir resultados sobresalientes como se hace para producir los resultados promedio.
3. Se Creativo
A los niños les encanta ser diferentes a las demás personas, y quieren llamar la atención por ello. La mayoría de los adultos sólo quiere encajar en la sociedad. Esto es lo que está aniquilando tu mercado. Toma una posición y diferénciate de la competencia de una manera audaz y fresca.
4. Haz nuevos amigos
Los niños pueden hacer un nuevo amigo en tan sólo unos segundos en el patio. Como adultos, sin embargo, a menudo nos damos cuenta que estamos demasiado ocupados con lo que estamos haciendo como para pensar en los demás. Eso no tiene sentido, debemos aprovechar todas las oportunidades para hacer nuevos amigos. Tal vez puedan ayudarnos a encontrar ese cliente soñado, o esa idea genial que necesitamos. La conclusión es que podemos lograr mucho más juntos, de lo que podemos lograr por nuestra cuenta.
5. Diviértete
Muchos de nosotros nos recordamos sentados en la cama como si ésta fuera nuestro propio barco pirata, la exploración en alta mar con un telescopio a partir de un tubo de papel. Cuando éramos niños nos divertíamos haciendo casi cualquier cosa, pero a medida que nos hacemos adultos, a menudo nos encontramos colocando la diversión hasta más tarde. Eso es una mala idea, porque cuando retiras la diversión de las cosas cotidianas empiezas a apasionarte menos por la vida y te vuelves menos eficaz en tu labor.
Deja una respuesta