Transmitir los valores de una generación a otra en la familia son impotantes e inprescindibles, así también transmitir estos valores, tiene mucho más influencia a los efectos de la continuidad de la empresa, que la transmisión de los activos financieros. Los valores son fundamentales.
Un gran éxito económico que no va acompañado de una escala de valores adecuada, no logrará perdurar en el tiempo. Por ello la riqueza sin valores es sólo dinero, un dinero que tarde o temprano no sólo se perderá, sino que también terminará dividiendo a la familia.
Cada familia empresarial, decide su propia escala de valores y éstas lógicamente no son todas iguales. Una familia sudamericana seguramente tendrá algunos valores diferentes a los de una familia asiática, pero ambas tienen pocas posibilidades de sobrevivir como tales si no cuentan con alguna.
Para que una familia empresarial, establezca de manera efectiva su escala de valores, lo debe hacer buscando un equilibrio entre las necesidades de la empresa y el grupo familiar, y cómo servirlas, considerando también las necesidades de cada uno de los miembros de la familia, los de su personal y su responsabilidad social empresarial.
La búsqueda de este equilibrio es uno de los grandes desafíos que debe afrontar toda familia empresaria que desee la continuidad de su empresa.
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