Hoy en día es necesario distribuir en equipo las responsabilidades de aprender y actualizarse. Cuando se trabaja en grupo, las personas son responsables sólo de sus áreas. Su compromiso es sólo con sus propias metas. Por ejemplo; en un directorio los gerentes de marketing, finanzas y operaciones responden sólo por sus áreas. La responsabilidad y el compromiso de trabajar en equipo en cambio, es por todas las áreas y metas. En un equipo que desarrolla un producto integrado por personas de marketing, finanzas y operaciones cada miembro cumple funciones definidas, pero el lanzamiento del producto es responsabilidad de todos. No hay casilleros estancos; se comparte la información y se toman decisiones por consenso.
En grupo el nivel de confianza y comunicación es mediano. Esta se limita sólo al trabajo, no tratando temas personales. En equipo el nivel de confianza es más elevado y la comunicación es más fluida e intima; lo que aumenta considerablemente el compromiso y la velocidad de respuesta.
En grupo el trabajo suele terminar en la oficina, mientras que en equipo, los miembros son como una familia, desarrollando actividades fuera del trabajo. En grupo los conflictos son negativos y demoran en resolver, mientras que en equipo los conflictos son retos de conocimiento, viéndolos positivamente y resolviéndolos rápidamente.
En conclusión, el trabajo en equipo incrementa sustancialmente la productividad y la velocidad para lograr óptimos resultados. Así mismo, implica dejar atrás hábitos individualistas; ya que estamos acostumbrados a comprometernos con el resultado de nuestro propio trabajo. Para trabajar en equipo se tiene que tomar el riesgo de comprometerse con el resultado del equipo, teniendo una actitud de servicio con los miembros, paciente trabajo y tolerancia entre los mismos.
Trabajar en equipo significa cooperar e implica eliminar las barreras individualistas y deshacer los territorios.
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