Hoy en día, las personas que dirigen las empresas familiares, son con frecuencia quienes se preocupan sólo de las cosas urgentes del día a día y se olvidan de las cosas importantes. Esto es un grave error. Lo importante, lo estratégico, lo que puede aportar sostenibilidad en el mediano y largo plazo; debe tener espacio en la agenda de prioridades de quienes tiene una empresa familiar bajo su responsabilidad.
Es importante la planificación estratégica, el buen gobierno corporativo, la responsabilidad social empresarial, la formación, la motivación y el desarrollo profesional, la reputación corporativa, etc.son algunos de estos temas importantes que deben considerarse e incorporarse a la agenda para que aporten valor a la empresa familiar.
Muchos fracasos de empresas familiares provienen de la falta de atención a otras cuestiones importantes: excesivo riesgo en pocos clientes, escasez de talento, obsolescencia tecnológica, falta de adaptación a los cambios del entorno, capacitación constante, conflictos familiares, entre otros, los que invaden el ámbito de la empresa.
Combinar las presiones del corto plazo con un enfoque de mediano y largo plazo es todo un desafío. Quienes asumen y enfrentan este desafío tienen mayores posibilidades de éxito en el largo plazo.
Las empresas familiares, por definición, tienen en su código genético la continuidad, por lo que no deben olvidarse de pensar en el largo plazo. Para esto, quienes las dirigen deben tener siempre presente no olvidar las cosas urgentes del día a día, deben también ocuparse de las cosas importantes.
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