Últimamente se está haciendo muy común escuchar que políticos tienen relaciones extramaritales o que utilizan fondos públicos para sus asuntos personales y por el otro nos hablan de la falta de valores morales y familiares sin duda podemos encontrar una conexión entre la corrupción y la hipocresía.
Pues dejando de lado las noticias y los puntos de vista personales se realizaron algunas investigaciones por parte de Joris Lammers de la Universidad de Tilburg en Holanda y Adam Galinsky en la Universidad Northwestern en Illinois para determinar si el poder corrompe o si el poder atrae gente corruptible.
Se reunió un grupo de personas y se les pido que recordaran momentos en los que sentían que tenían poder luego se dividió en dos grupos clasificándolos mediante una escala de poder alto y bajo es decir en un grupo estaban las personas que sentían más poder y en el otro las personas que sentían poco poder.
Posteriormente se realizaron algunas preguntas y experimentos llegando a las siguientes conclusiones:
- Las personas con alto poder tienen una opinión a favor de la moralidad sin embargo no la practican presentando conducta hipócritas.
- Las personas con alto poder justifican y minimizan sus errores pero contrariamente condenan drásticamente los errores de los demás, muestran poco arrepentimiento y el poder ocasiona que piensen que tienen el derecho de abusar de él.
- La gente con poder cree que se justifica romper las reglas, no sólo porque pueden salirse con la suya sino también porque se siente en un nivel superior y tienen derecho a tener lo que quieren. Este sentido de derecho es crucial para entender por qué las personas se portan mal en los altos cargos.
Interesantes resultados aunque algunos ya los teníamos en mente con solo darle un vistazo a los políticos actuales.
Referencia: economist
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