En un mercado saturado donde la variedad de productos es infinita, la única alternativa de una empresa para sobrevivir es renovar su estructura y su estrategia de negocios.
Es importante que los empresarios entiendan que el tiempo de los sabelotodo terminó. No se pueden conquistar mercados nuevos con ideas viejas.
Para diferenciar el producto o servicio y vender a pesar de la competencia, la percepción del valor de un producto es dictada solamente por el cliente.
La compañía líder en costos es la que se queda con los clientes, es quien lidera el mercado, es recomendable entonces “no rematar precios delante del cliente”, sino soportar precios bajos. Algunas empresas optan por recortar personal; esta es una pésima opción, ya que lo único que se hace es tirar por la borda la innovación de los trabajadores.
A mayor cantidad de ofertas en el mercado, menor será el costo del producto y por lo tanto, el microempresario deberá aprender a vivir con un margen de utilidad menor. Esto no es del todo malo, ya que si se logra aumentar el tamaño de las ventas, se podrá compensar la baja.
Vivimos en un mundo donde la competencia es infinita, la única manera de aumentar el precio del producto es vender un concepto diferenciador, No hay que ofrecer rebajas sobre rebajas para atraer clientes, cuando hay muchos productos, éstos pasan a segundo término.
El secreto está en crear lo que aun no se ha creado, ir más allá, renovarse constantemente, innovar.
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