Cuando se decide establecer un precio al producto o servicio existen diversos factores que se deben tomar en cuenta, existe una creencia de que sí tienes un precio menor a tu competencia podrás posicionarte mejor en un menor tiempo, premisa que puede traer más de un problema al empresario.
Para establecer el precio existen dos formas, una de ellas es sacar el costo de toda la producción y luego aumentar el porcentaje que se desea ganar; la otra forma es definir el precio según la competencia.
Pero volvamos al primer problema, poner el precio más bajo que la competencia tiene sus beneficios y perjuicios, primero que se ganará una mayor circulación del producto sin embargo, se obtendrá menores ganancias y se corre el riesgo de bajar la calidad del producto. Los especialistas recomiendan otorgar otros beneficios al consumidor para que se identifique con la marca o la empresa.
Además, el precio se debe establecer de acuerdo a la clase de producto que se ofrece ya que existen algunos productos que se venden mejor cuando se establece precios más altos. Esta clase de productos son aquellos que otorgan un estatus mayor a sus consumidores, precisamente lo que se busca es comprar exclusividad, ser diferente a los demás y destacarse de la masa, por lo que sí tenemos esta clase de negocios las técnicas de promociones y precios bajos no funcionarán adecuadamente. Algunos negocios que están dentro de este tipo son: clubes privados, restaurantes de lujo, bebidas de lujo, ropa de marca entre otros.
Una de las técnicas más utilizadas es ponerse en lugar del consumidor y pensar sobre cuanto se está dispuesto a pagar, pero si queremos resultados más profesionales se suele utilizar un focus group para conocer las reacciones de nuestro público objetivo.
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